jueves, 9 de febrero de 2006

La cueva de Platón

Platón nos regaló una gran metáfora en la que nos hacía comprender como muchas veces nos equivocamos, pensando que lo que vemos es la realidad cuando es una sombra de esta misma. en su parábola Platón nos habla de unas personas que han vivido siempre dentro de una cueva y que la única información que han obtenido del exterior son unas sombras proyectadas en la pared. Estas personas no pueden girarse para ver que proyectan esas sombras y asumen que la realidad es lo que están viendo, no se plantean nada más. Pero un día uno de ellos empieza a dudar, a cuestionarse lo que hasta este momento era obvio y realidad absoluta, así consigue salir de la cueva y descubre el mundo, la naturaleza...¡el sol y la luz! Nuestro amigo vuelve emocionado a la cueva para contar a los demás lo que ha visto y sentido, pero cual es su sorpresa al ver que la gran mayoría de los que están en la cueva lo tachan de loco y ni siquiera se preocupan de contrastar de si todo aquello es cierto. El hombre que salió de la cueva es el alcanzó la iluminación y que a través de no conformarse encontró un mundo maravilloso. Yo sinceramente pienso que nosotr@s vamos consiguiendo la iluminación pasito a pasito, que en nuestra vida tenemos muchas cuevas y que vamos saliendo de ellas según la vida nos va lanzando mensajes. Que vamos aprendiendo, tomando conciencia y de esta forma una parte de nuestro interior se ilumina. Que cuando sentimos el calor de esta luz en nosotros queremos encender más y más luces pues ya no queremos renunciar a sentirnos iluminados. Hoy me pregunto:
¿Que parte de mi vive aún en la cueva? ¿Dónde tengo que encender una luz? ¿En qué parcela de mi vida estoy viviendo en las sombras sin descubrir la realidad?

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