martes, 19 de febrero de 2013

¿Eres víctima o estás empoderada / empoderada?


El domingo me llamó una amiga, lleva unos meses en paro y ha caído en la energía de victimismo. Esa energía que  ha envuelto parte de España.
 - No se siento motivada a buscar trabajo ¿para qué, si no lo hay? - me comentó mi amiga
-Emprende un negocio- le dije yo.
-¡Eso ni pensarlo, España está muerta económicamente y no hay nada que hacer, la única solución es la emigración!.
- Pues vete, busca nuevas oportunidades fuera
- No puedo hacerlo debido a mis responsabilidades familiares.
Mi amiga, al igual que otras personas en España, está metida en un bucle interno del cual es muy difícil salir. Es un bucle que empieza y termina con este pensamiento: "cómo todo está muy mal yo no me muevo, total ¿para qué?".
Parece que parte de la población española está aletargada pensando en que no hay nada que hacer y que el problema es del estado y los políticos que no saben gestionar. Y así se van pasando los días sin hacer ningún intento por salir de esta tristeza económica y al hacerlo la persona entra en un victimismo en el cual se desprende todo su empoderamiento, ya no es el o la protagonista de su vida, sino un mero títere de la misma.
Sus pensamientos y sus emociones vienen marcadas por las noticias, por las opiniones de los demás y por un dejarse llevar por la situación. Todo su ownnership, su auto poder, su auto-responsabilización desaparece.
Todo esto llevado a una parte importante de la población hace que el país se sumerge en un victimismo general, en el cual se piensa que no se puede hacer nada, y no se hace nada, lo que agrava la situación y se crea la profecía auto cumplida, pues al no hacer nada la situación empeora. Por otra parte, tengo muchas personas a mi alrededor, yo misma, que no escuchamos la retahíla de malas noticias, que no nos dejamos llevar por el pesimismo y que cada día buscamos las oportunidades y trabajamos para llevar a cabo nuestro trabajo y nuestros proyectos.
Casualmente, ayer me llamó otra amiga y me comentó lo feliz que estaba en su faceta laborar, me contaba que está asumiendo grandes retos y que ella está rodeada de gente joven con ganas de hacer las cosas bien y con una gran fuerza interna.
Si tod@s y cada un@ asumiríamos la responsabilidad de lo que está pasando, sin meternos en el victimismo, en el pobre de mi, en las cosas son como son y o no puedo hacer nada, saldríamos de esta crisis en un tiempo récord.
La economía somos el conjunto de personas que la componemos. Dependiendo de nuestros pensamientos, emociones y acciones individuales subirá o bajará. Ningun@ de nosotr@s está exent@ de esta responsabilidad. Y tu ¿te sientes víctima o responsable de tu economía?
Si nos sentimos victimas asumimos que no podemos hacer nada y nos dejamos llevar a un pozo cada vez más profundo.  En cambio, si asumimos nuestra responsabilidad en lo que está pasando podremos salir de la situación actual. España necesita un ejercicio de empoderamiento colectivo, un ¡nosotr@s Si que podemos!

viernes, 15 de febrero de 2013

Según sean tus emociones así será tu vida


Ayer fue San Valentín, el llamado día de los enamorados. Yo prefiero llamarle el día del Amor, en años anteriores he escrito una entrada llamada “Hoy TAMBIÉN es el día del Amor”, porque el amor está presente en cada momento de nuestra vida.
El amor es la emoción de mayor intensidad que puede sentir un ser humano. Del amor al miedo, la emoción más baja, hay todo un abanico de emociones posibles, las cuales están presentes en nuestra relación con todo aquello que nos rodea, ya sean personas, objetos, situaciones,.. ¡incluso, y especialmente, con nosotr@s mism@s!
Pongamos como ejemplo un reloj, éste está influenciado por cuándo, dónde y con quién lo compramos o por quien nos lo regaló o si lo heredamos de un ser querido.... Hay una gran cantidad de matices que harán que ese reloj suba o baje en la escala emocional, o que se sitúe en el centro, que nos cree aburrimiento o indiferencia, lo que también nos condicionará nuestra relación con el, pues si tenemos otros relojes, quedará relegado en un cajón.
Con las situaciones de nuestra vida pasa lo mismo, con nuestro trabajo o con el trabajo deseado, la comida familiar del fin de semana, nuestro tiempo de ocio, etcétera. Según sea la emoción asignada a cada situación, así será cómo la vivenciemos.
Esto, por supuesto, es muy evidente cuando se trata de personas, a cada una que entra en nuestra vida le otorgamos una cierta emoción y nos relacionamos desde ella, en ocasiones ocurre que un hecho concreto nos hace variar la emoción que sentimos hacia él o ella, cambiando automáticamente nuestra relación.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es la relación emocional que tienes contigo?, al pensar en ti ¿qué emociones te llegan?, ¿son emociones positivas, como amor, pasión, entusiasmo o felicidad o son de temor, miedo, impotencia o depresión?
Ya sabes que las emociones son las que nos dan el impulso para la acción, así tal cómo tu sientas así actuarás y tus acciones determinarán tu vida.
Por todo ello te invito a tomar conciencia de las emociones que están presentes en tu vida y en cómo, de una forma automatizada, te están condicionando. Te sugiero que pienses ¿qué emoción me está guiando en cada situación de mi vida y con la personas de mi entorno?, ¿es la emoción que quiero sentir?, ¿me beneficia o me perjudica?
Estas preguntas te harán tomar conciencia de ti mism@ y te permitirán salir de un piloto automático que te mantiene en un circulo sin fin de acción - reacción.
Nadie puede escapar al impacto que sus emociones tiene en su vida, lo que sí podemos hacer es tomar conciencia de ellas y gestionarlas para que nos creen una realidad favorable.

miércoles, 6 de febrero de 2013

No me negaré a mi misma

Pensando en qué grado de aceptación tengo de mi me he hecho la siguiente pregunta ¿cuántas veces a lo largo de mi vida me he negado  ante l@s demás? Me refiero a esas veces en las que dejamos de decir lo que pensamos, esas veces que negamos lo que somos o hacemos.
Estoy convencida que tras de esta negación está la necesidad de ser aceptad@s y querid@s. Pues, en demasiadas ocasiones, pensamos que si no nos mostramos como pensamos que l@s demás quieren que seamos no nos amaran. Y  tengo una pregunta en referencia a esto: si alguien nos ama por ser como desea que seamos y no por cómo realmente somos ¿nos están, de verdad, amando a nosotr@s o a un holograma fruto de sus expectativas? Yo quiero ser amada por lo que soy, o si no ser odiada, o simplemente ser indiferente, más lo que tengo claro es que No Quiero negar lo que pienso, siento o hago pues esto sería equivalente a negarme a mi misma, a mi esencia y con eso no podría vivir.
Pensando en todo esto he recordado un pasaje de la maravillosa obra de Ayn Rand, La rebelión de Atlas en la que dice:
"Durante dos años he sido la amante de Hank Reader, y que no haya ningún malentendido sobre eso, no lo declaro como vergonzosa confesión, sino con el más alto orgullo. He sido su amante, he dormido con él en su cama, en sus brazos. A partir de ahora no existe ya  nada que puedan decir acerca de mi que no haya dicho yo primero y de nada serviría difamarme. Conozco la naturaleza de las acusaciones que se me hacen y seré yo misma quien las planteé en esta oportunidad. ¿experimenté un deseo físico hacia él? Sí. ¿Me movió hacia ello la pasión de mi cuerpo? Sí. ¿He sentido la más violenta forma de placer sensual? En efecto. si esto me convierte a sus ojos en una perdida, su parecer constituirá un problema personal y nada más. Yo seguiré firme en el mío"
Finalmente cada un@ de nosotr@s hemos de responder ante nuestra propia conciencia, no ante el juicio de l@s demás. La vida es un proceso complejo  el cual cada un@ resuelve de la mejor forma posible, buscando la propia felicidad y respondiendo ante ella desde sus sensaciones internas.