domingo, 31 de diciembre de 2006

¡Feliz y mágico 2007!

Llevo 10 días sin escribir, lo que me parece una eternidad. Echaba de menos el sentarme y compartir contigo a través de esta ventana mis pensamientos, anhelos, temores… en fin todo aquello de lo que me compongo y lo que me hace ser un ser humano.
Estos días los he pasado en casa de mi padres y no me he sentido inspirada a escribir. Supongo que el motivo es que yo necesito paz y una gran introspección pues deseo que lo que escriba me salga del corazón. Para mi es lo único que vale.
Hoy es el último día del año, se termina el 2006. Estos días invitan a reflexionar sobre nuestra vida. Yo hoy buscaré un ratito para mi sola y me preguntaré ¿a qué he dedicado estos 365 días? ¿cuál ha sido mi principal motivación? ¿de que me siento especialmente orgullosa? ¿qué podría haber hecho mejor? ¿qué me dejo pendiente para el 2007? Me haré estas preguntas para analizar el año que termina con la intención de aprender de lo no positivo y de premiarme por lo que si es positivo.
Después me haré la siguiente pregunta; si hoy fuese 31 de diciembre de 2007 ¿qué me gustaría haber conseguido? ¿cuáles son los sueños que deseo ver hechos realidad? ¿cómo quisiera haberlo vivido? ¿cuál sería la motivación que querría que me hubiese movido a la acción? ¿cómo me gustaría haberme comportado? Luego contestaré estas preguntas por escrito y esto me servirá de guía para los próximos 365 años. Te animo a hacer lo mismo. Yo hoy leeré lo que escribí el año pasado y veré lo que se me ha cumplido y lo que no y las cosas que el año pasado eran importantes para mi y como han evolucionado.
Tal vez el año que acaba no hayas hecho las cosas que deseas o no te hayas comportado como te hubiese gustado. ¡No pasa nada! ¡Aprende y olvida! El pasado ya se fue y hoy la vida te da la oportunidad de empezar de nuevo, está en las manos de cada un@ de nosotr@s el hacer de nuestras propias vidas y la de los que nos rodean mejor.
¿No es mal propósito verdad? El contribuir a crear una vida mejor para tod@s.
Te deseo para el próximo años que seas tu mism@, que sepas donde quieres llegar y que nunca dejes de soñar con un mundo mejor. Te deseo que nunca pierdas la ilusión de fabricarte día a día la vida que tu deseas. Y sobretodo te deseo que todo lo que hagas lo hagas desde el amor, nunca desde el rencor o el odio.
Te deseo que obtengas toda la felicidad que deseo para mi misma y los míos y que cuando te llegue la sepas apreciar, disfrutar y compartir.
¡En suma te deseo un 2007 lleno de Amor y de magia!

domingo, 24 de diciembre de 2006

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Somos un@s privilegiad@s

A raiz de la entrada de ayer deseo compartir contigo algo que Raquel Torrent nos leyó, a mis compañeros de clase y a mi, el pasado domingo y que nos puede dar una idea de lo afortunad@s que somos con respecto al resto de la humanidad.
Si pudiéramos reducir la población de la Tierra a una pequeña aldea de exactamente 100 habitantes, manteniendo las proporciones existentes en la actualidad, sería algo parecido a eto: Habría 57 asiáticos, 21 europeos, 14 personas de América (tanto del norte como del sur) y 8 africanos. 52 serían mujeres y 48 hombres. 70 no serían blancos y 30 serían blancos. 70 no cristianos y 30 cristianos. 89 hetereoxesuales y 11 homosexuales. 6 personas poseerían el 59% de la riqueza de toda la aldea y los 6 (si 6 de 6) serían norteamericanos. De las 100 personas, 80 vivirían en condiciones infrahumanas. 70 serían incapaces de leer. 50 sufrirían de malnutrición. 1 persona estaría a punto de morir. 1 bebé estaría a punto de nacer. Solo 1 (si, solo 1) tendría educación universitaria. En esta aldea habría 1 persona con ordenador. Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan comprimida es cuando se hace más aparente la necesidad de aceptación, de entendimiento, tolerancia y educación. Otras cuestiones para reflexionar… Si te has levantado esta mañana con más salud que enfermedad, entonces eres más afortunad@ que millones de personas que no sobrevivirán esta semana. Si nunca has experimentado los peligros de la guerra, la soledad de estar encarcelado, la agonía de ser torturado o las punzadas de la inanición, entonces estás por delante de 500 millones de personas. Si puedes acudir a la iglesia sin temor a ser humillado, arrestado, torturado o muerto… entonces eres más afortunad@ que 3.000 millones (3.000.000.000) de personas en el mundo. Si tienes comida en la nevera, ropa en el armario, un techo sobre tu cabeza y un lugar donde dormir, eres más ric@ que el 75% de la población mundial. Si guardas dinero en el banco, en tu cartera y tienes algunas monedas en el cajón… ya estás entre el 8% más rico del mundo. Si tus padres viven y están casados… eres una persona muy rara. Si puedes leer este mensaje eres mucho más afortunad@ que los 2.000.000.000 de personas en este mundo que no saben leer.
Realmente somos l@s privilegiad@s del planeta Tierra.

martes, 19 de diciembre de 2006

Disfruta el aquí y el ahora

Ahora comprendo el significado de que solo se puede ser feliz en el momento presente y la importancia de saber apreciar y valorar la magia del momento presente. A lo largo de una vida son muy pocas veces en las que sientes que tienes todo lo que deseas, momentos en que todo es “ideal” son escasos. Entonces ¿tiene sentido pasarse la vida esperando por estos momentos para ser felices? ¿Realmente podemos vivir todos los años restantes preparando y esperando esos momentos? Por supuesto la respuesta es no. Siempre habrán situaciones y cosas que anhelemos para nuestra vida. Afortunadamente la capacidad de los seres humanos para desear es infinita, esto es totalmente maravilloso y necesario para la evolución. Lo que no es tan recomendable es apegarse a esos deseos y sentir que hasta que no se hagan realidad no nos sentirme@s plen@s. Siente hoy todo lo bello que te da la vida, siente lo afortunad@ que eres. Conéctate a tu Ser, a tu interior y aprecia que en este momento, en el aquí y en el ahora tienes muchas cosas para dar las gracias. Si en este momento estas leyendo este blog es porque muchas de tus necesidades están resueltas. Que eres un/una afortunad@. Di un SI a la felicidad y a la dicha y valora todo lo que tienes, porque el momento presente es perfecto y mágico.

lunes, 18 de diciembre de 2006

En busca de la Unidad... física por el momento

El sábado pasado a eso de las 9 de la noche me encontraba yo en la Puerta del Sol, yo y miles de personas más. ¡Me impresionó muchísimo las riadas de gentes que se veían por todas las calles que desembocan a esta castiza plaza madrileña! Realmente no se podía casa andar. Íbamos unos pegados a los otros, como formando un bloque… “una Unidad”.
Aunque no era una unidad real, la unidad era más bien “ficticia” pues si bien había un acercamiento físico muy importante, se palpaba un alejamiento espiritual igual de grande. Este alejamiento se mezclaba con desconfianza y con la defensa del propio espacio personal.
En la historia de la humanidad nunca los seres humanos se han buscado tanto, nunca han vivido en poblaciones tan grandes y… nunca el alejamiento ha sido tan enorme.
¿Por qué nos apiñamos en ciudades y luego no hablamos ni con el vecino? Hay quien me dirá que por el trabajo, por la libertad que da una ciudad grande, por las oportunidades a todos los niveles… si estas son algunas razones.
Mi opinión al respecto es que las personas necesitamos los unos de los otros y que como cada vez nos alejamos más nos vamos buscando en los centros comerciales y en las calles “artificialmente” iluminadas buscando sentir la sensación de que somos parte de los demás y que ell@s son parte de nosotr@s. De esta forma creamos un “holograma” de lo que nuestro espíritu desea; la unidad con los demás seres humanos, tanto a nivel físico como psíquico, es decir, del alma.
Y al final yo me pregunto ¿no es más triste la soledad estando acompañad@ que la soledad estando sol@? ¿Nos es realmente una pena estar al lado de una persona y sentirse en soledad?
Pues esto me pasó a mi el sábado que veía mucha gente a mi alrededor y sentía la soledad y la desconfianza individual. ¿Esto es el progreso? No puedo imaginar a los primeros pobladores del planeta pasando unos al lado de otros con la indeferencia que lo hacemos hoy en día. Sin ver, sin reconocer el Ser que está a tu lado. ¡Qué tristeza! ¡Y que maravilla que, aunque de una forma inconsciente, nos hayamos empezado a buscar! Cuando lo hagamos con conciencia sabremos reconocer al Ser que pasa a nuestro lado y este será el principio de una nueva forma de relacionarnos.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Un viaje de ida y vuelta

Ayer fue un día muy bonito para mi. En Madrid amaneció un precioso día de sol y frío. Yo desayuné, escribí en mi blog, trabajé un poco, la verdad es que muy poco, me arreglé, cogí el coche y me marché a Segovia. En el trayecto de ida iba pletórica, me esperaba un maravilloso día, iba a ver a un gran amigo y juntos visitaríamos la Iglesia de Vera Cruz, de la que dicen que es una antigua iglesia templaria para después ir a comer el típico cochinillo segoviano. El viaje de ida lo disfruté a tope, me sentía libre y privilegiada. En mi viaje me acompañaban el sol, la música y una maravillosa sensación de que mi momento presente era perfecto. El día transcurrió tal y como lo había imaginado, ¡fue precioso! Ya, por la tarde me tocaba regresar. Y ¡claro! en el viaje de vuelta las condiciones eran bien diferentes; estaba cansada, era de noche, había niebla, casi me quedo sin gasolina, mis hijos estaban ya en casa esperándome y por si esto era poco ¡encontré un gran atasco de entrada a Madrid! En este momento pensé que si por la mañana me encontraba pletórica ahora quería encontrarme igual de bien, pues para mi eso es la espiritualidad. De hecho, yo era la misma persona que por la mañana y si en ese momento había tenido capacidad de sentir plenitud también la tenía ahora. Además el coche, la música, incluso la carretera era la misma que la de por la mañana. Entonces no tenía razón de sentir menos plenitud, en ese momento tenía varias opciones; la de enfadarme por el atasco, por la niebla, por ser tan tarde y no estar en casa o la de Aceptar que ese momento era tan perfecto como el de por la mañana. Puedo decir de corazón que disfruté tanto el viaje de vuelta como el de ida y que me siento bien por ello pues denota un avance en mi. Poco a poco voy entendiendo lo que dicen los grandes maestros de que no hay cosas buenas o malas, que todo es perfecto tal y como es.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

¡Felicidades Manuela!

Hoy es el cumpleaños de mi gran amiga Manuela. Manuela es una mujer fuerte de espíritu y suave de formas. Con ella he aprendido muchas cosas aunque puedo decir que el mayor aprendizaje ha sido el de no juzgar, esta cualidad me llamó mucho la atención en ella. Manuela siempre habla sin juicios, expone los hechos, tal y como ella los percibe y ¡ya está! Sin valorar si es bueno o malo. Esto tal vez se deba a que tiene una gran empatía lo que le hace que se ponga con facilidad en el lugar del otro, y ya desde ese punto preguntarse si no haría ella lo mismo en sus circunstancias. Otra característica de Manuela es su optimismo y sus ganas de vivir, disfruta de cada momento intensamente, se sumerge en las cosas buenas que la vida le ofrece y se deleita con ellas como una niña con los juguetes de los Reyes Magos. Ella es como Escarlata O´Hara, aunque se acueste destrozada por la noche que siempre se levanta con ganas de comerse el mundo y con una fuerza especial que emana de su interior. Además sabe guardar un secreto, nunca dice nada de los demás, no le gustan los cotilleos. Manuela es cálida, terrenal, guapa, sincera, buena amiga, luchadora… es una Mujer. Manuela es mi amiga a la que admiro y a la que deseo que pase, no un buen día, sino un maravilloso año. Manuela vamos cumpliendo años, lo que es una gran ventaja pues cada vez somos más sabias y tenemos más experiencias.
¡Este va a ser un gran año! ¡Muchas cosas buenas te han de llegar!

La verdadera libertad personal es la consciencia

En estos momentos de mi vida estoy dando especial importancia a mantenerme el mayor tiempo posible en la consciencia. Esto es, en cada momento actuar desde mi verdadero yo, sin dejarme llevar por pasiones negativas, hábitos, creencias… En fin sin que guíen mis acciones mi inconsciente. ¡Por supuesto que no lo estoy consiguiendo! O al menos no lo consigo en el 100 por 100 del tiempo, aunque si que cada vez son mas los momentos de vivir consciente, que los que no. Aunque esto no quiere decir que en todos los momentos que estoy consciente esté libre de mis hábitos y/o creencias. Ahora hay momentos en los que sé que me estoy dejando llevar por un hábito y sé que la fuerza de este es mayor que mi fuerza de voluntad. Ahora, al menos, me doy cuenta de lo que me está pasando y me doy cuenta de que me está dominando. Supongo que el “darse cuenta” y tener la intención será un primer paso para superarlo. Voy aponer un ejemplo de esto que sea ilustrativo; yo soy muy gastona, bueno más que gastona lo que me pasa es que no doy valor al dinero. Para mi es igual 30 que 50 Euros, pues el dinero lo percibo como un medio para conseguir cosas, no como un fin en si mismo. ¡Me encanta gastar dinero en mi y en los demás! ¡Me encanta regalar cosas! De hecho, me paso la vida regalando. Pues bien, antes gastaba de una forma, digamos, inconsciente ahora cuando gasto se en cada momento lo que estoy haciendo, soy consciente de que es un hábito y que, en algunas ocasiones me perjudica. Entonces, gracias a mi consciencia en el preciso momento en que lo estoy haciendo puedo decidir seguir adelante o no. En otro momento que es importante la consciencia y que me está ayudando mucho es en la relación con los demás, el saber en cada momento que papel estoy representando y no dejarme llevar por impulsos que me puedan perjudicar o de los que me pueda arrepentir. En otros aspectos de mi vida la consciencia me ha llevado a desterrar viejos hábitos y a mejorar como persona. Esto es un camino, es un proceso que va poco a poco germinando en mi. El cual nunca acabará. Se que esta nueva forma de vivenciar la vida me hará sentirme cada vez mejor y poco a poco me irá haciendo más libre de mi misma, que es la verdadera libertad.

martes, 12 de diciembre de 2006

Los estimulos y la felicidad

¿Por qué cuando no tenemos ni alegrías ni penas no nos sentimos pletóricos? ¿Por qué nuestro estado normal no es el de la plenitud? ¿Por qué han de haber unas circunstancias maravillosas para sentirnos bien? Supongo que la respuesta a estas preguntas las da el aprendizaje por el que hemos pasado de niñ@s. Aprendemos a través de nuestros padres, profesores, amigos, familia, medios de comunicación y sobretodo a través de la experiencia y las emociones que nos produce el vivirla, que al fin y al cabo es lo que realmente ancla el aprendizaje. Esta ansia, este malestar general de la sociedad tiene su origen en un tema educacional. Se nos enseña a estar bien solamente cuando recibimos estímulos positivos. ¿Y el resto del tiempo? ¿Y qué pasa cuándo no hay estímulos? Lo que pasa en estos momentos es que nuestra atención está enfocada a la llegada de los mismos, no a vivir el momento presente que es igual de valido y de maravilloso. Estamos tan enfocados en el hacer, en que nos pasen cosas, en el consumismo, que hemos olvidado el ser y ya simplemente ser no nos vale. Con lo cual buscamos cada vez un mayor número de estímulos que poco a poco tampoco nos sirven. Si no actuamos urgentemente esto se va a agudizar con las nuevas generaciones. Un ejemplo claro de ello son los dibujos animados ¿has notado la diferencia entre los dibujos de hace treinta años a los de ahora? Los dibujos actuales son rápidos con un montón de cambios de zum, con fotogramas tremendamente cortos, con colores brillantes y sonido estridente. ¿Dónde quedó Heidi y sus praderas? Los mayores también somos presas de cada vez más estímulos externos, como las luces de las que hablaba ayer, los anuncios publicitarios, la prensa del corazón, … Todo esto nos está alejando de vivir el momento, de sentirnos plen@s por el solo hecho de vivir, de ser nosotr@s mism@s y de contemplar el milagro de la naturaleza. Si volvemos a nosotr@s mism@s entonces nos sentirm@s plen@s por el único motivo de ser. Si aparte tenemos estímulos externos que nos gusten (como una buena compañía) pues entonces mejor que mejor.

lunes, 11 de diciembre de 2006

¿Hacia que luz vamos?

¡Que perdida está la humanidad! Somos como una niña pequeña que se ha perdido entre los árboles de un bosque y se le ha hecho de noche. La niña se siente desorientada, no sabe qué camino tomar, es consciente de su situación y sigue andando en busca de “algo” que la proteja, que la saque de su situación.
Así veo yo a la humanidad, nos hayamos embullados en la oscuridad, le hemos dado la espalda a lo que realmente somos y ¡tal vez por esto! Hoy en pleno siglo XXI hay más enfermedades mentales que nunca.
Y lo peor de todo es que nos buscamos donde ¡jamás nos vamos a encontrar!
Ahora que ya estamos inmersos en la pre-Navidad me he dado cuenta de que hemos sustituido la luz interior, aquella a la que hemos de acudir para encontrar la dicha, para encontrar lo que realmente somos, por las luces de los centros comerciales.
Los comercios despliegan sus luminosos con más fuerza que nunca en estas fechas y nosotros acudimos a ellas.
No sé si ya en la Biblia nos hablaban de esto al decir que los Reyes Magos fueron precedidos por una estrella. Ahora es igual, lo material, los regalos vienen precedidos por los luminosos, por los escaparates, por la publicidad.
Así buscamos la luz que necesitamos para ser felices fuera de nosotr@s, la buscamos en aquellos lugares donde más brillan unas bombillas puestas para confundirnos. El mensaje podría ser algo así como “Deja de buscar tu propia luz, aquí te ponemos para ti millones de bombillas.” Y el caso es que acudimos al reclamo, o sino ¿Cuánta gente podemos encontrar por las calles más céntricas, las cuales están inmensamente iluminadas, estos días?
¿Qué hacemos tanta gente buscando esa iluminación? ¿Por qué nos atraen tanto?
¡Qué diferencia con oriente! Allí se habla de la luz interior, y lo más que se pone es una vela para representarla.
Tal vez la simbología de los Reyes Magos, su estrella y sus ofrendas se refiera a la luz que tod@s llevamos dentro, que al seguirla, al ir en busca de nuestra propia luz, nos encontremos el más preciado tesoro de todos “nuestra esencia”, nos encontraremos a nosotr@s mism@s y esto nos hará vivir en un estado de continua felicidad.

domingo, 10 de diciembre de 2006

NO quiero encontrar pareja hasta que....

Dios mío ¿quién me ha leído y quién me lee? Después de tanto hablar del Amor, de tanto pensar en él hoy he llegado a una conclusión. Bueno, más que conclusión es deseo; el deseo de no encontrar pareja mientras que este Amor sea para mi una necesidad. Si lo que busco es alguien que me proporcione las carencias que yo tengo, es decir que me cubra necesidades, eso no es Amor. Eso sólo será un intercambio de “cubrir necesidades” mutuas. Yo hoy sé lo que es el Amor, aunque esto no quiere decir que mañana, pasado o dentro de un año cambie, o mejor dicho evolucione, mi idea. Sobretodo hoy sé lo que no es. Hoy mi deseo es el de poder cubrir mis necesidades por mi misma, el de ser una mujer feliz y autorrealizada. El de ser yo misma, quererme, respetarme, saber estar en soledad y estar bien, sacarme las castañas del fuego por mi misma. Y cuando estas cosas y algunas más las haya superado, entonces estaré preparada para Amar a un hombre por lo que el ES, no por lo que REPRESENTA para mi. Entonces y solo entonces podré decir que he encontrado el verdadero Amor. Hasta entonces lo único que he de hacer es seguir en el aprendizaje de mi propia valía y autorrealización.

“Que casualidad” justo cuando he terminado de escribir esta entrada he visto desde mi ventana y sin moverme de mi silla, un gran fuego artificial. Es la primera vez que veo uno desde aquí ¿Casualidad o causalidad?

martes, 5 de diciembre de 2006

Agridulce, Rumi

En mi alucinación pude ver
el jardín de flores de mi Amada.
Entre el vértigo y el aturdimiento,
en mi ebria confusión,
girando y danzando como una rueca,
me vi como el origen de toda existencia.
Estaba allí en el principio,
era el espíritu mismo del amor.
Ahora, sobrio,
tan sólo me queda la resaca,
el recuerdo del amor
y la tristeza.
Anhelo la felicidad,
¡pido ayuda,
necesito misericordia!
Y mi amor me dice
mírame, escúchame
que para eso estoy aquí.
Soy tu alma
y la claridad de su luz.
Soy tu jardín florido
y el agua que lo riega.
He recorrido el camino
pensando en ti,
descalza y sin chal.
Quiero provocar tu risa,
matar todas tus penas,
amarte
y alimentarte.
¡Oh dulce Amargura!
Quiero aliviarte y sanarte.
Voy a traerte rosas,
que también yo estuve cubierta de espinas.
Rumi

lunes, 4 de diciembre de 2006

Sin costas a la vista

Aunque sé lo que deseo para mi vida y lo que no quiero me he rendido al Universo. Esta es una rendición de aceptar, no de tirar la toalla, al revés seguiré andando el camino, que sienta que es el mío, con más ahínco puesto que hoy tengo más fe que nunca. Este fin de semana pasado he estado en Albacete vaciando mi casa para dejársela a mi hermano. Esta casa suponía para mi una red, un colchón en el que caer si mi aventura no salía bien. Ahora he soltado amarras y voy perdiendo de vista poco a poco la costa que yo conocía y me daba seguridad. Ahora solo diviso un horizonte de mar y cielo, ni siquiera puedo ver la costa a la que me dirijo, pues en mi vida no se ha perfilado aún. Y así estoy en alta mar, con el mar y el cielo como compañeros; el mar que es agua, es de lo que estamos hecho los humanos y representa las necesidades de supervivencia y materiales, como tener una casa, alimentos, abrigo, educación, relaciones y sobretodo Amor. El agua, el mar es mi base, es sobre lo que se mantiene mi barco, sin ese mar y lo que representa sería imposible sobrevivir. El cielo representa lo espiritual, lo que está más allá de la personal, lo transpersonal. Y es lo que me hace seguir con fe en mi camino hacia esa nueva costa que pronto he de divisar. En esta travesía me estoy encontrando gaviotas, que son las señales, delfines, que me acompañan y me dan fuerzas, que son las personas que creen en mi proyecto, y alguna ballena, grande y pesada que desea desviarme de mi rumbo. Y así mi viaje continúa intuyendo que hay una costa más allá a la que llegar donde me esperan grandes experiencias, aunque sin la certeza real de que exista. Tal vez así se sentía Colón y su tripulación cuando realizaron su viaje hacia “las Indias”• Puede ser que también yo llegue a un lugar que en estos momentos no puedo imaginar…. ¡ya veremos! De momento estoy en plena aventura y en plena travesía y me siento maravillosamente bien por haber sido capar de adentrarme en ella. Mi fe, mi coraje y mis ganas de hacer de mi vida una vida con sentido serán el faro que me guíe y el espíritu que me aliente. Espero en poco tiempo gritar; ¡tierra a la vista! Y tener, como dice mi amiga Montse, una época de tranquilidad, reposo y disfrute sin tener que remar cada mañana hacia ¡quien sabe donde!

viernes, 1 de diciembre de 2006


El miedo a la libertad
oscurece la gigante
aventura del vivir cuidamos la vida
con tanta avaricia

que la ahogamos.

Huimos de todo,

protegiéndonos
en el acorazado
de las seguridades. Resguardamos la vida en una tumba
para que nadie la mate.


E. J. Maunowski

jueves, 30 de noviembre de 2006

Al fin se que es la espiritualidad

Una pregunta que ha estado siempre presente en mi y que no me terminaba de contestar es la de cómo puedo vivir la espiritualidad en este mundo tan físico, tan material. Mi imagen de espiritualidad era la de los budas en meditación, en mi casa tengo unos cuantos, y yo me decía… ¡claro ese está muy bien, la oración, la meditación, el desapego…! Lo que pasa es que yo tengo dos hijos a los que quiero sacar adelante, darles estudios, ropas, diversión, … y se que con la meditación no voy a poder cuidarlos. Llevo años tratando de integrar la espiritualidad con lo físico, el desapego con las necesidades materiales. He leído innumerables libros, he hacho cursos y he tenido muchas conversaciones al respecto…hoy todas estas cosas han germinado y hoy ¡por fin comprendo lo que es vivir la espiritualidad en este mundo tan aparentemente físico que nos ha tocado vivir!. El broche, la unión de ideas final ha sido gracias a Raquel Torrent y a mi gran amigo Manuel, ha ellos y a todos y todo lo que ha hecho posible que hoy pueda unir estos conceptos les doy las gracias, desde mi Ser. Vivir en espiritualidad no es ni más ni menos que vivenciar la vida desde el Ser, es estar consciente de lo que hacemos en cada momento, saber que somos un ser encarnado, no un cuerpo con alma. Es decir que lo que somos es un SER al que hemos dado un cuerpo para poder jugar al juego de la vida, no a la inversa. Hoy se que si vivo desde esta perspectiva viviré espiritualmente, pues cada acto que realice desde la consciencia de lo que SOY será un acto del Ser manifestado a través de lo físico, mi cuerpo. Comer, trabajar, hacer el amor, andar o no hacer nada solo ser, serán actos espirituales. Aquí acaba mi búsqueda en este sentido, hoy puedo decir que he hallado la respuesta a un gran interrogante, ahora que se lo que es el próximo paso es vivir de esta forma, vivir en la espiritualidad dejando al Ser manifestarse en cada acto de mi vida que realice, a través de la conciencia.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Regreso al SER


El SER está reclamando poco a poco restablecer su lugar entre la humanidad. Después de años y años en los que el interior del hombre ha sido obviado, en los que solo se atendía a lo superficial, a lo material, volvemos la mirada hacia el interior. Durantes estos años lo importante era el progreso, inventar cosas que hiciese la vida más confortable. Al centrarnos en lo material, en el tener, nos hemos olvidado de ser y con ello del SER. Ahora nuestro SER, entendido como la parte divina, espiritual que todos somos está recorriendo el camino inverso, el de posicionarse donde le corresponde, entre las prioridades del Ser Humano. Digo recorriendo el camino inverso, pues “los padres” de la humanidad, las culturas más antiguas ya vivían desde y en el espíritu. Ahora nos toca a nosotr@s recoger el testigo, largamente abandonado, de la espiritualidad, del SER. Una espiritualidad vivida lejos de iglesias, congregaciones, asociaciones… una espiritualidad libre, con un único gurú; el corazón. Con una única guía; la sabiduría interior. Y con las armas del amor, como son la comprensión, el compañerismo, la humildad y la entrega. Y con una compañera que nos hace mucho bien; la aceptación. Un nuevo mundo está surgiendo, un mundo que es el verdadero, es el mundo de la esencia frente al mundo de las formas. Un mundo en el que yo quiero vivir y del que quiero ser participe. Un mundo en el que querré que vivan mis hijos y mis nietos. Este surgimiento lo podemos ver en los libros, películas, canciones, asociaciones,… que poco a poco están apareciendo y que mandan un mensaje de concienciación y de volver la vista hacia el SER. Para llegar al SER, solo hay que ser pues es nuestra Esencia.

martes, 28 de noviembre de 2006

La vida como maestra

No hay maestros, hay una única y gran maestra que es la vida mediante las experiencias que nos brinda. Podemos leer a grandes hombres y grandes mujeres esclarecid@s, escritos sufís, textos religiosos, podemos leer, estudiar, escuchar.. incluso podemos repetir palabra a palabra grandes textos de los mayores humanistas de la humanidad. Todo esto de nada nos servirá si no experimentamos la teoría en nosotr@s mism@s, sino lo sentimos en nuestras carnes, en nuestro corazón.. en nuestra alma. ¿Cómo podría trasmitirme el mayor de los maestros lo que es el amor si nunca lo he llegado a sentir? ¿Cómo me podría transmitir la sensación de besar a mi hijo cuando este está plácidamente dormido? Y ¿Cómo me podría transmitir el aprendizaje de cualquier cosa en la vida sin pasar yo por la experiencia? Cada uno de mis momentos malos, cada una de las situaciones en las que he caído, cada situación dura que he pasado, cada experiencia vivida, ha sido mi maestra, la verdadera forma en que he aprendido. Lo demás, gurús, libros, maestros espirituales, etcétera me han ayudado a la forma de percibirlo. Los verdaderos aprendizajes me los ofrece la vida y yo, según mi grado de conciencia, las aprendo o no. La vida es mi maestra y yo soy quien decido aprender en cada momento.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Mis reflexiones de Amor


El AMOR, así escrito con mayúsculas, viene directamente desde el SER y por eso;
Es entrega, no es compensación.
Lo guía el interior, no las circunstancias exteriores.
Crece con el tiempo, no con ser correspondido.
Es alentador, no restrictivo.
Da libertad, nunca esclaviza.
Acepta, no impone.
Es sabio, no son opiniones externas.
Es sereno, no es exaltado.
Es esencia, no son formas.
Siempre suma, nunca resta.
Siempre genera bien, nunca maldad.
Es libre, no tiene dueño.
Es impulso, no es estancamiento.
Es felicidad, no aporta ni un poco de tristeza.
Es interior, nunca es exterior.
Es reconocer las igualdades y aceptar las diferencias.
Es lívido y aún así deja huellas que el tiempo no borra.
Es ver más allá de lo habitual.
Es desear el bien.
Es aquello que nos hace despertar y sentir que estamos viv@s.
El amor, es en definitiva …
las alas que Dios nos ha dado para poder volar
volar hacia la espiritualidad,
hacia nuestra libertad,
hacia el autoconocimiento.
Un vuelo, que es la vida, hacia el SER,
hacia lo mejor de cada un@ de nosotr@s.
Usa tus alas del AMOR y VUELA LIBRE.
Elvira, reflexiones del un lunes por la mañana, en el que mi alma está en paz y rebosante de Amor.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Relaciones ¿y necesidades?

Ayer di un paseo muy largo, no recuerdo cuando fue el momento en que anduve tanto por última vez. Necesitaba andar, sentir el frío en mi cara y estar a solas conmigo misma.

Ayer no me pasó nada malo, ni nada que me hiciese estar triste, no era eso, la sensación fue algo así como la de “añorar lo que no tengo y anhelo”, la diferencia de ahora con tiempos pasados es que en estos momentos puedo poner nombre a lo que me pasa y los puedo vivenciar con una actitud positiva y valiente.

Ayer comí y luego fui a tomar una copa con Javier, el de los ojos bonitos. Hablamos y en él descubrí a un hombre sensible, cariñoso, detallista, caballeroso,… Realmente estuve a gusto con él y el tiempo pasó rápido. Lo que pasó después es darme cuenta de que mi deseo de amar, de dar y recibir amor, caricias, abrazos, besos, pasión… solo esta en estado de letargo, esperando a que, como en los cuentos, mi alma gemela lo despierte con un apasionado beso, o una mirada, o un abrazo o tal vez con solo un gesto..

Ayer cuando andaba por las calles de Madrid yo sola pensaba que muchos de los encuentros que se producen entre las personas están motivados para cubrir las necesidades propias. Es decir, que en un porcentaje alto de ocasiones buscamos a los demás para sentirnos mejor nosotros a través de recibir algo de aquella persona.

Esto pasa en las relaciones laborables o comerciales de una forma clara, pues la finalidad de las mismas es la de satisfacer necesidades mutuas y obtener el mayor beneficio de las mismas.

Cuando la cosa se complica es cuando la necesidad impera en las relaciones de amistad, familia y pareja (o sucedáneos). Muchas de estas relaciones se estropean al no sentir, una de las partes o las dos, que se están satisfaciendo las perspectivas que se pusieron en las mismas.

Si lo pensamos y analizamos podremos ir descubriendo cual es la necesidad que deseamos cubrir con cada una de las relaciones que tenemos en nuestra vida.

¡Hasta los hijos nos cubren necesidades!

Las relaciones más auténticas, las más verdaderas son aquellas que no nos cubren ninguna necesidad y aún así las seguimos considerando igual de importante. ¿Cuantas de estas relaciones tienes en tu vida?

Con esto no quiero decir que las relaciones que nos cubren necesidades no sean buenas o auténticas, solo digo que cuando nos apegamos a la necesidad de cubren entonces son relaciones basadas en el egoísmo.

Una relación puede cubrir una necesidad y no estar basada en el apego, sino en el amor a esa persona. Si hay consciencia de esto sin apego entonces es una relación sana y verdadera, pues los humanos tenemos necesidades que solo el contacto con l@s dem@s pueden satisfacer, como la comunicación o el contacto físico.

¿Cuánto apego hay en tus relaciones? ¿Qué necesidades cubren? ¿Qué necesidades crees que “deberían cubrir” y no lo hacen? Cuándo esto ocurre, ¿cómo te sientes?

jueves, 23 de noviembre de 2006

Escucha, por favor, lo que No te estoy diciendo. Charles C. Finn


No te engañes conmigo.

No te dejes engañar por la cara que llevo.

Pues llevo una máscara, mil máscaras,

máscaras que temo quitarme,

y ninguna de ellas soy yo.

Lo que puede ser arte, es para mi un hábito,

pero no te engañes.

Por el Amor de Dios, no te engañes.

Te doy la impresión de seguridad,

de que todo es alegre y sereno en mi, por dentro y

por fuera,

Que la confianza es mi nombre y la frialdad mi juego,

que el agua está en calma y mantengo el control,

y que no necesito a nadie.

Pero no me creas.

Mi cara parece lisa, pero mi cara es mi máscara,

siempre variante, siempre encubridora.

Debajo no hay complacencia.

Debajo hay confusión, y temor, y soledad.

Pero yo lo oculto. No quiero que se sepa.

Me horroriza pensar en la revelación de mi debilidad y mi miedo.

Por ello he creado frenéticamente una mascara para esconderme,

una fachada indiferente y sofisticada,

para ayudarme a creer

que me escuda de la mirada que sabe.

Pero esta mirada es mi única salvación,

Mi única esperanza , y yo lo sé.

Lo será, si va seguida de aceptación

si va seguida de Amor.

Es lo único que puede liberarme de mí mismo,

de las paredes de la prisión que yo mismo me he construido,

de las barreras que tan concienzudamente erigí.

Es lo único que me asegura de cuanto yo no puedo asegurarme,

de que realmente merezco algo.

Pero yo no te cuento esto. No me atrevo, temo hacerlo.

Temo que la aceptación no siga tu mirada,

ni que la siga el Amor.

Temo empobrecer tu concepto de mí, que te rías,

y tu risa me mataría.

Temo no ser nada en el fondo, nada bueno,

y que tu lo descubras y me rechaces.

De Este modo sigo mi juego, mi supuesto juego desesperado,

con fachada de seguridad fuera

mientras un niño tiembla dentro.

Así empieza el desfile de máscaras, brillante pero vacío

y mi vida deviene en un frente.

Vanamente te hablo en tono cortés de charla superficial.

Te cuento todo aquello que no es nada,

y nada de aquello que lo es todo,

de aquello que llora dentro de mí.

Así cuando siga mi rutina,

no te creas lo que yo diga,

Escucha con atención y trata de oír lo que no digo,

lo que me gustaría poder decir,

pero que no puedo pronunciar.

No me gusta esconderme.

No me gusta jugar partidas superficiales y falsas.

Quiero dejar de jugarlas.

Quiero ser auténtico y yo mismo,

pero tienes que ayudarme.

Debes tenderme una mano

aun siendo lo último que supuestamente quiero.

Solo tú puedes quitar de mis ojos la blanca mirada del muerto que respira.

Sólo tú puedes devolverme la vida.

Cada vez que eres amable y dulce y alentador,

cada vez que tratas de comprenderme porque te importa,

se empiezan a formar alas en mi corazón,

alas muy pequeñas,

alas muy frágiles

¡pero alas!

Con tu poder de tocarme la parte sensible

puedes soplar vida dentro de mí.

Quiero que sepas esto.

Quiero que sepas lo importante que eres para mí,

como puedes ser el creador-un creador fiel a Dios-

de la persona que soy yo

si decides hacerlo.

Sólo tú puedes derribar el muro tras el cual tiemblo,

sólo tú puedes quitarme la máscara,

sólo tú puedes liberarme de mi sombreado mundo de pánico e incertidumbre, de la prisión de mi soledad,

si decides hacerlo.

Hazlo por favor. No me dejes de lado.

No voy a ser fácil para ti.

Una larga convicción de inutilidad construye fuerte muros.

Cuanto más te acerques a mí

más ciegamente puedo resistirme.

Es irracional, porque pese a lo que digan los libros sobre el hombre

yo soy irracional.

Lucho contra la misma cosa que anhelo desesperadamente.

Pero se me ha dicho que el Amor es más fuerte que los muros,

y en esto descansa mi esperanza.

Trata de derribar esos muros

con manos firmes

pero con manos suaves

porque el niño es muy sensible.

¿Te preguntas quién soy yo?

Soy alguien a quien conoces muy bien.

Pues soy cada hombre que te encuentras

y cada mujer que te encuentras.




lunes, 20 de noviembre de 2006

Nunca te detengas, Madre Teresa de Calcuta

Me ha mandado esto mi amigo Alberto y quiero compartirlo con vosotr@s pues a mi me ha dado un empunjoncito para seguir adelante hacia mis sueños. Espero que lo disfrutes.

Siempre ten presente que:
La piel se arruga,
El pelo se vuelve blanco,

Los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia;
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero nunca te detengas!!!

Autora: Madre Teresa de Calcuta

domingo, 19 de noviembre de 2006

Los sueños son para ...

Navegando por Internet he encontrado esta frase que me ha encantado:
"Los sueños son para dormir a los niños… y despertar a los adultos”
Esto me ha recordado a una poesía de Antonio Machado que le encanta a mi hijo porque mi padre se ponía en un disco grabada por Joan Manuel Serrat. Esta poesía es una bella forma de explicar lo que esta frase significa.


Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.

Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;

y por la crin lo cogía… ¡
Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,

el niño se despertó.

Tenía el puño cerrado.

¡El caballito voló!

Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
P
ero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:

¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado

y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón

preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

Campos de Castilla.
Antonio Machado

Esta entrada está dedicada a mi hijo Carlos, al que quiero con toda mi alma

viernes, 17 de noviembre de 2006


“No hay nada noble en ser superior a otra persona la verdadera nobleza radica en ser superior a tu antiguo yo”

Esta es la máxima que rige mi vida y proviene de uno de los primeros libros que me leí de superación personal; “El monje que vendió su Ferrara” de Robin S. Sharma. Libro que recomiendo pues contiene una gran sabiduría.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Morir para amar

¡Muere, muere…!
Que si en la muerte del amor mueres

Renacerá de nuevo tu alma.

¡Muere, muere…!
No temas morir a lo conocido.

Alcanzarás la eternidad
muriendo al tiempo.

¡Muere, muere…!
Libérate de las cadenas

que te atan

a este mundo de apegos.

¡Muere, muere…!
Muere a lo inmortal
y serás eterno.

¡Muere, muere…!
Sal de la nube que te envuelve,
abandónala y te convertirás
en luna resplandeciente.

¡Muere, muere…!
Muere al estrépito y al ruido
de los afanes del mundo
En el silencio del amor

encontrarás
la luz de la vida.
Rumi, Maestro Espiritual del siglo XIII

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Soy un poco dura de mollera. No se porque me hago una y otra vez la misma pregunta si ya se la respuesta; Para salir del laberinto la solución es la aceptación y el desapego. Es decir, mirar desde una posición disociada la vida, y aceptar la propia situación , lo que no significa resignarse. Hay momentos en los que consigo hacerlo, creo que son los más, aunque en otros caigo en el melodrama, en el pobre de mi y me adentro en mi propio laberinto.
Lo más importante mantenerme en la conciencia lo que me llevará a la aceptación, al desapego y a la disociación.

Elevarse del laberinto

A estas alturas de mi vida, sinceramente pienso que la vida es un laberinto, que cuanto más quieres entender más te pierdes, que cuento más cerca estas de creer que has llagado al fin más te das cuenta de lo lejos que estás de el, que cuanto más sabes más descubres todo lo que no sabes. Es un laberinto porque nosotr@s mism@s nos vamos adentrando más y más en él, unos nos dejamos llevar por lo material; si tengo dos jerséis quiero otro más y después otro y luego otro, cuando ya tengo una casa entonces deseo un chalet, cuando consigo estabilidad económica entonces deseo ganar más y más dinero para poder ir a buenos restaurantes, hoteles de lujo, viajes maravillosos, y así poco a poco nos vamos perdiendo un poco más en nuestro propio laberinto. Para otros su laberinto son sustancias que les haga evadirse de su propia realidad como drogas, alcohol, comida, o adicciones al trabajo, al sexo, a la propia imagen, a la lectura… Y así podría citar muchas otras cosas que nos hacen meternos más y más en recovecos de la propia vida lo que tiene como consecuencia la pérdida del control del rumbo de la propia vida y llegar a actitudes como el melodrama, el victimismo y la depresión. Todas ellas resultantes de haber perdido el control de nosotr@s mism@s. La salida a este laberinto terrenal es la toma de conciencia de que somos terrenales circunstanciales y espíritus verdaderos. Es decir no apegarnos a lo que aparentemente parece importante en esta sociedad, sino que ir más allá, buscar el transfondo de la vida y vivir desde allí. Esta es la única salida que nos queda para no perdernos. En los momentos en los que, a través de este blog, he confesado sentirme perdida a lo que me estaba refiriendo, sin yo saberlo, es a esto, a que estaba inmersa en el laberinto que yo misma ha creado y no encontraba la salida. Hoy entiendo que ese laberinto realmente no tiene salida, que la forma de evadirse del mismo es alzándose a través de las alas de la fe. A través de la toma de conciencia y a través de ver con nuevos ojos la vida, con ojos espirituales, con los ojos del alma. Estoy convencida de que esto es así y poco a poco voy descubriendo la forma de vivir la vida de esta manera, pues muchas veces me pregunto ¿Cómo puedo vivir la espiritualidad y a la vez dar de comer a mis hijos y darles una vida como la que llevan los chicos de ahora? ¿Cómo puedo salir del laberinto elevándome, sin dejar de atender las necesidades terrenales? Se que la solución es elevarme y salir y ¿cómo puedo elevarme sin dejar de pisar tierra, de ser terrenal?

martes, 14 de noviembre de 2006

En la cuerda floja... y ¡sin red!



Estoy en la época de mi vida en que la inestabilidad es mayor. Vivo en una montaña rusa que no se cuando me dará un respiro. Y no creo que esto sea “casualidad”, bueno no creo que nada lo sea. Tengo en mi habitación un letrero escrito que dice “quiero vivir una vida terrenal desde la espiritualidad”, lo que para mi significa que deseo vivir de acuerdo a las leyes espirituales. Quiero aceptar el presente totalmente, sin juicios y sin miedo. Entonces supongo que el Universo lo que está haciendo es darme la oportunidad de vivir de este modo, a través del aprendizaje. Porque ya sabemos que aprendemos por medio de nuestras experiencias y que hay lecciones imposibles de aprender e integrar si no las vivencias en su totalidad.

No se cuanto me queda por aprender, ni cuanto tiempo más he de seguir en la cuerda floja. Lo que si que se es que cada vez acepto mejor la situación, aunque paradójicamente, cada vez se ponga peor para mi.

No es que no sienta miedo o temor de lo que va a pasar, ahora mismo estoy algo asustadilla o como he dicho otras veces, perdida. La diferencia es en como lo estoy viviendo. Lo que ahora tengo encima no podría con ello sino fuese por mis creencias y mi trabajo personal.

Pide y se te dará, pues he pedido aprender a vivir espiritualmente dentro de las normas de lo humano y de la sociedad y estoy en el camino del aprendizaje.

Me gustaría contar mi situación personal, lo que pasa que es un poco complicada y larga de contar. Solo decir que en estos momentos “mi red”, es decir algo que tengo que me hace sentir menos insegura se está empezando a deshacer, con lo cual estaré andando por la cuerda floja y sin red. Si esto consigo vivirlo sin rendirme y sin venirme abajo supongo que entonces podré decir que vivo espiritualmente mi vida terrenal. Pues, para mi, la espiritualidad es la entrega total y el saber que todo lo que pasa es por nuestro bien y es la aceptación plena.

lunes, 13 de noviembre de 2006

Sentido a este aparente caos humano; la fe y la felicidad.

Yo no entiendo nada del origen de las palabras, aunque reconozco que me encantaría. En eso envidio a mi amigo Antonio que de esto entiende mucho, pues cuando entendemos de donde provienen las palabras podemos entender mejor el secreto del universo. Al estudiar la raíz de algunas de ellas podemos descubrir maravillosos mensajes e increíbles “casualidades”. Pensando en esto me ha dado cuenta de que la palabra felicidad empieza por fe, y sin ir más, sin buscar el verdadero significado etimológico, llegado a la conclusión de que conseguir la felicidad en nuestras vidas pasa por hacer un acto de fe; fe en que las cosas nos vendrán cuando las necesitemos, fe en que podremos seguir adelante fe en l@s amig@s, en la familia, en el universo y sobretodo fe en nosor@s mism@s. Sin fe la vida se vuele difícil, complicada y sin sentido. Con fe todas las cosas que pasan tienen un sentido, una razón y la vida se vuelve más completa. Para mi tener fe es la base de mi vida, de mi felicidad. Pues aunque tenga situaciones adversas las superaré gracias a confiar en que hay algo que es muy superior a lo que estoy viviendo y sobretodo que todo está trazado en un plan superior que no soy capaz de entender. ¡Claro! que esto es lo que yo pienso y que tu que me lees puedes o no estar de acuerdo, tal vez hayan personas que no tengan fe en nada y que aún sí sean felices. Puede ser…aunque esto a mi me cuesta entenderlo. Tal vez sea por esto que los seres humanos siempre hemos buscado algo superior a nosotros, algo que pudiese explicar tantas y tantas miserias y dolores por la que pasamos. Algo que de un verdadero sentido a los malos ratos, algo que nos haga sentirnos bien, en definitiva, buscamos la fe para llegar a la felicidad a través de encontrar sentido a este “aparente caos” humano.

Callejones y maestros

Siento que estoy en un punto crucial de mi vida y presiento cambios inminentes. En algún sitio leí que las cosas para arreglarse primero han de estropearse mucho, y en España tenemos un refrán que nos transmiten esta idea; “a río revuelto, ganancia de pescadores”. ¿Te ha pasado alguna vez en la vida que te has sentido en un callejón sin salida y que en este momento ha pasado algo “causal” que te ha trasladado a una gran avenida de tu vida? Yo si lo pienso bien he estado en algunos callejones y esas situaciones son las que más me han enseñado en la vida, además de “curiosamente” haber salido siempre a etapas más interesantes de mi vida. Un ciclo se cierra para abrirse ante mi uno nuevo, diferente y sobretodo vivido desde una nueva perspectiva. Un ciclo en el que el aprendizaje no será a través de sufrimiento, podrá haber dolor nunca sufrimiento. Pues ahora creo que todo pasa por algo y que las personas que más nos hacen sufrir son espíritus que nos quieren y que nos ponen a prueba una y otra vez para que avancemos en nuestro aprendizaje. Otro refrán me viene a la cabeza; “quien más te quiere te hará sufrir”. Entonces mi querido ex-marido debe de ser un espíritu que me adora J. Cuánto he aprendido a través de las experiencias negativas de mi vida, comprendo que hoy no sería la misma mujer que soy sin ellas, y ¡me gusta como soy! Quiero dar las gracias desde aquí a tant@s maestr@s que he tenido, y sigo teniendo, en mi vida. Pues sus enseñanzas han ido calando poco a poco en mi y han producido el despertar personal en el que me encuentro inmersa. A veces parece que aquello que deseamos nunca va a llegar, que en lugar de acercarnos a nuestros deseos nos alejamos de ellos, y hasta hay veces que renunciamos a ellos por parecer que están lejanos y que nunca los conseguiremos. Parece que la vida nos pone demasiados obstáculos para conseguirlos, hoy estoy convencida de que no son obstáculos sino pruebas a superar para que en le momento en que obtengamos lo que deseamos sepamos realmente valorarlo. Al fin y al cabo “nada esta del todo perdido hasta que la vida no ha terminado”. Mientras haya vida hay esperanza y posibilidades, infinitud de posibilidades. Los callejones sin salida de la vida no son más que meras apariencias, percepciones desde lo humano, es decir, carentes de fe.