Iba caminando tranquilamente por la vida, o tal vez no tan tranquilamente,
tal vez mi alma rebelde se sentía inquieta desde el momento en el que
nací… y, sin saber por qué, se me cuzo un sueño. .. y todo cambió. En mi
día a día se instauró el caos, la incertidumbre y … la plenitud.
Conocí
la sensación de éxito y la de fracaso, tuve aliados y también
detractores, viví momentos en los que desear volver a lo “normal” y
otros en los que me sentía la mujer más privilegiada del mundo, conocí
nuevas gentes que ahora son mis amig@s y me alejé algun@s que resultó
que no lo eran.
Mi sueño convirtió mi vida en una montaña rusa y mi Visa en un mero objeto decorativo en mi gastado monedero.
Desde
el día, bendito o maldito, no lo sé, que mi sueño se cruzó en mi camino
nada ha sido lo mismo, ni siquiera yo lo soy.
Y tal vez me preguntes si
todo esto ha merecido la pena y tal vez, a esa pregunta te tendría que
contestar en mi lecho de muerte, porque a día de hoy no tengo la
respuesta.
Sólo sé que el día que mi sueño se cruzó en mi camino se apoderó de mi vida y de mi voluntad pues no consigo esquivarlo.
Y me pregunto si el se apoderó de mi, o fui yo quien me aferré a el,
cómo si no hubiese nada más importante en la vida, cómo si desapareciese
mi vida no tuviese sentido…
Hoy
tengo muchas preguntas y sólo una respuesta, este es mi camino y no
importa cuáles sean los obstáculos, lo importante es ser fiel a lo que
siento y a lo que deseo, ¡esta es una vida EMPODERADA que me hace sentir
una mujer PODEROSA!