martes, 5 de diciembre de 2006

Agridulce, Rumi

En mi alucinación pude ver
el jardín de flores de mi Amada.
Entre el vértigo y el aturdimiento,
en mi ebria confusión,
girando y danzando como una rueca,
me vi como el origen de toda existencia.
Estaba allí en el principio,
era el espíritu mismo del amor.
Ahora, sobrio,
tan sólo me queda la resaca,
el recuerdo del amor
y la tristeza.
Anhelo la felicidad,
¡pido ayuda,
necesito misericordia!
Y mi amor me dice
mírame, escúchame
que para eso estoy aquí.
Soy tu alma
y la claridad de su luz.
Soy tu jardín florido
y el agua que lo riega.
He recorrido el camino
pensando en ti,
descalza y sin chal.
Quiero provocar tu risa,
matar todas tus penas,
amarte
y alimentarte.
¡Oh dulce Amargura!
Quiero aliviarte y sanarte.
Voy a traerte rosas,
que también yo estuve cubierta de espinas.
Rumi

1 comentario:

  1. Anónimo3:39 p. m.

    ME GUSTARIA COMUNICARME CON VOS.mI NOMBRE ES GRACIELA
    MI BLOG ES MI REALIDAD APARTE.
    me senti tan identificada que tuve la sensacion de haber escrito todo lo que lei. Gracias

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