lunes, 4 de diciembre de 2006

Sin costas a la vista

Aunque sé lo que deseo para mi vida y lo que no quiero me he rendido al Universo. Esta es una rendición de aceptar, no de tirar la toalla, al revés seguiré andando el camino, que sienta que es el mío, con más ahínco puesto que hoy tengo más fe que nunca. Este fin de semana pasado he estado en Albacete vaciando mi casa para dejársela a mi hermano. Esta casa suponía para mi una red, un colchón en el que caer si mi aventura no salía bien. Ahora he soltado amarras y voy perdiendo de vista poco a poco la costa que yo conocía y me daba seguridad. Ahora solo diviso un horizonte de mar y cielo, ni siquiera puedo ver la costa a la que me dirijo, pues en mi vida no se ha perfilado aún. Y así estoy en alta mar, con el mar y el cielo como compañeros; el mar que es agua, es de lo que estamos hecho los humanos y representa las necesidades de supervivencia y materiales, como tener una casa, alimentos, abrigo, educación, relaciones y sobretodo Amor. El agua, el mar es mi base, es sobre lo que se mantiene mi barco, sin ese mar y lo que representa sería imposible sobrevivir. El cielo representa lo espiritual, lo que está más allá de la personal, lo transpersonal. Y es lo que me hace seguir con fe en mi camino hacia esa nueva costa que pronto he de divisar. En esta travesía me estoy encontrando gaviotas, que son las señales, delfines, que me acompañan y me dan fuerzas, que son las personas que creen en mi proyecto, y alguna ballena, grande y pesada que desea desviarme de mi rumbo. Y así mi viaje continúa intuyendo que hay una costa más allá a la que llegar donde me esperan grandes experiencias, aunque sin la certeza real de que exista. Tal vez así se sentía Colón y su tripulación cuando realizaron su viaje hacia “las Indias”• Puede ser que también yo llegue a un lugar que en estos momentos no puedo imaginar…. ¡ya veremos! De momento estoy en plena aventura y en plena travesía y me siento maravillosamente bien por haber sido capar de adentrarme en ella. Mi fe, mi coraje y mis ganas de hacer de mi vida una vida con sentido serán el faro que me guíe y el espíritu que me aliente. Espero en poco tiempo gritar; ¡tierra a la vista! Y tener, como dice mi amiga Montse, una época de tranquilidad, reposo y disfrute sin tener que remar cada mañana hacia ¡quien sabe donde!

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