
En este momento de mi vida no me interesa pensar en lo que me puede ofrecer un hombre a mi, sino en lo que yo puedo ofrecerle y en como me puedo sentir yo. Pues realmente creo que aunque me llegara el hombre más maravilloso del mundo si no estoy preparada para amarlo, respetarlo y hacerle feliz no podré crear una verdadera pareja junto a él.
Ya soy lo suficientemente mayor y consciente como para echar balones fuera y pensar que vendrá un príncipe encantado que sacará lo mejor de mi y que me hará ser la mujer que siempre he querido ser.-“este cuento ya no me lo creo”. Yo soy lo que soy con o sin príncipe, y si logro ser por mi misma una mujer que sepa amar sin olvidarme de mi misma encontraré un señor, que no un príncipe, que me valore y que me ame. Si por el contrario, no se amar y para compensar esta falta entrego todo lo que soy olvidándome de mi, el señor en el que me he volcado no encontrará nada que amar, solo algo que “poseer”
Este es ahora mi aprendizaje, y prefiero estar sola a amar a media tinta. Prefiero estar sola a vaciarme para tener una aparente compañía, prefiero ser sincera y confesar que no soy capaz de amar del modo que considero válido a engañarme y conformarme con un señor que amortigüe mi soledad.
No se si ser tan consciente de esto es un regalo o es una faena, solo se que es así como estoy en estos momentos y que seguiré buscando respuestas a tantas y tantas preguntas que hay abiertas en mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario