miércoles, 23 de mayo de 2007

El descanso del guerrero

Hasta los hombres más fuertes y rudos necesitan descansar de una forma que va más allá de lo físico. Necesitan tener un momento en el que sienten que su alma está siendo abrazada, en el que su Ser está siendo cuidado. Y, tal vez, en este momento se vuelvan a sentir niños y vuelvan a sentir la seguridad que sentían en los brazos de su madre. Es volver a sentir la sensación de protección total que produce un abrazo maternal. Para mi, este recuerdo el responsable de lo “valorados” que son los pechos de las mujeres. No tanto por su connotación sexual como por la evocación a la seguridad, al amor, a la entrega, etcétera de la niñez. En esta sociedad en la que se nos vende que siempre hay que estar felices, que los hombres no lloran y que los sentimientos de tristeza no se muestran a los demás, yo revindico el descanso del guerrero para la sociedad. Revindico poder llorar, poder decir “no puedo más”, permitirme dejarme cuidar, permitir que otra persona cuide de mi. En definitiva revindico que tanto los hombres como las mujeres podamos gritar; “deseo el descanso del guerrero, deseo que alguien me abrace mi alma y mi cuerpo, deseo ser cuidada y deseo permitir que otra persona cuide de mi” Después de haber sentido esto, me habré recargado y de nuevo estaré preparada para salir al campo de batalla de la vida y seguir con determinación el camino hacia mis sueños.

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