viernes, 18 de mayo de 2007

Los pensamientos alineados socialmente

Conforme pasa el tiempo soy más consciente de las ideas procedente de mi mente y las procedentes mi SER. ( Es curioso al escribir la frase primera había puesto “la mente” y mi “SER”, osea que ya de una manera inconsciente estaba desechando a la mente como algo propio e identificándome con el SER) Aún no he conseguido que mi mente sea solo un instrumento para poder seguir las normas del entorno en el que vivo, un medio, no un fin. Me explico, el papel verdadero de la mente es el de hacer de guía para la adaptación al medio en el que vivimos, para solucionar los problemas cotidianos, para lo que podríamos llamar “la logística de la vida” Para todo lo demás está el corazón, la intuición, lo innato. Lo que pasa es que vivimos en una sociedad tremendamente mental, desde pequeños se nos enseña a “engullir información”, a aprender desde fuera hacia dentro, a pensar. Y hemos entronado a la mente de tal forma que hemos dejado a las emociones, sentimientos, intuición replegada en un rincón. Si pones atención podrás perfectamente delimitar de donde viene cada uno de tus pensamientos, ¿de la mente o del corazón?. Hoy no quiero entrar a desarrollar este tema, ya he escrito esta idea en este blog. Hoy lo que me gustaría es destacar que podemos determinar la procedencia de los pensamientos y decidir si son algo propio, o son ideas de la sociedad, de nuestros padres, etcétera… Es un ejercicio precioso, pues a veces nos enfadamos con nosotr@s mism@s por pensar esta cosa o aquella, sin darnos cuenta que ese pensamiento es fruto de la alineación social y que basta con volver la mirada al corazón, al ser para darnos cuenta de que aquello no nos pertenece y de esta forma podremos dejarlo ir, sin más. Yo hago algo que me va muy bien y es reírme de mis misma y de mi querida mente. Cuando me llegan este tipo de pensamientos me digo con una sonrisa; “hola mente ese es un pensamiento que pertenece a otra persona o a la sociedad.. (según el caso) eso nos es mío lo que yo pienso realmente es esto o aquello” y así poco a poco mi mente va perdiendo fuerza en mi vida y toda esa energía pasa al corazón , a mi SER. Que, en definitiva, es quien quiero que dirija mi vida. Un ejemplo; mi hija Elvira hace algo que no me parece bien, entonces me enfado y le pego la bronca. En ese momento me detengo y me doy cuenta que he actuado de una forma aprendida y que mi manera de proceder no es esa, en este momento me conecto a mi SER y voy y le hablo a Elvi desde el cariño exponiendo mis razones. Y te puedo asegurar que así ella me entiende y reacciona mejor.

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