lunes, 13 de marzo de 2006

Viaje al centro Chopra

El pasado mayo estuve en San Diego, California, en un seminario de Deepak Chopra. Para quienes no sepáis quien es, deciros que Deepak es una autoridad mundial en el ámbito de la medicina mente-cuerpo. Y autor de numerosos libros de éxito mundial, entre los que destacan; Curación Cuántica, Sincrodestino y Las Siete Leyes Espirituales del Éxito.

Deepak está considerado como uno de los gurús mas influyente de nuestros días. Su mensaje aúna la física y la filosofía, lo práctico y lo espiritual, la sabiduría oriental y la ciencia occidental. Deepak nos transmite el mensaje de que cuerpo, mente y espíritu van unidos y que la espiritualidad es el camino para disfrutar de una buena salud. Además nos habla de que a través de la espiritualidad, el silencio, la escucha a nuestro ser mas interior podemos ir alcanzado nuestros sueños.

Deepak en persona transmite mucha paz y tranquilidad, huye de los aplausos, no es nada protocolario y transmite que vive de acuerdo a lo que predica. Si le miras a los ojos estos tienen una gran profundidad y transmiten amor. Tuve la oportunidad de hablar un par de veces con él y siempre me quedé con una sensación de paz, y de querer que me transmitiera tanto saber como el tiene.

Fueron diez días los que estuve en San Diego, nunca los olvidaré. Me fui yo sola, este era un viaje que me regalé como premio a varios años de sufrimiento. Fue un vieja a mi interior, pase muchas horas en la mas completa soledad. Recuerdo que cuando llegaba la noche y me sentaba en mi habitación a leer o a escribir tenia una sensación doble: por una parte sentirme bien conmigo misma, sentirme viva y capaz de hacer aquello que yo quería hacer, me veía allí sentada a miles de kilómetros de mi casa buscando algo, que no sabía muy bien que era, era como la protagonista de una película de aventuras; por una parte me sentía una heroína por otras tenía la sensación de estar algo perdida en esta vida…

En estos días me pasaron muchas cosas, ahora me viene una a la cabeza que me impresionó mucho; me alojaba en un resort precioso, era como un pueblo mexicano, una preciosidad. Una mañana estaba sentada en un banco en una de las callecitas y vi pasar a un botones con un ramos de rosas precioso; “¡que suerte va a tener alguna mujer, ojala le hagan muy feliz!”-pensé. Pasé todo el día fuera de la habitación, estuve en la piscina, me di un masaje, comí en uno de los restaurantes.. al volver a mi habitación allí estaba el ramo ¡era para mi! Me lo enviaba el chico con el que estaba saliendo desde España. Fue muy bonito, unas horas antes pensaba en la suerte que iba a tener una persona ¡y esa persona era yo! (Gracias a Emi por este precioso gesto, se que lo costó un gran esfuerzo encontrar mi dirección)

Visité la zona, hice amigos, aprendí cosas nuevas… si me preguntas si encontré lo que fui a buscar puedo decirte que si y que no; encontré un camino, unas herramientas, una forma de hacer las cosas… lo que allí aprendí lo podía haber aprendido desde mi casa. Pero tal vez aquel viaje me sirvió para tomar conciencia de lo que ya sabía inconscientemente y para tomar el impulso necesario para dejar mi zona cómoda, mi vida “con todo resuelto” y lanzarme a la aventura y venirme a vivir a Madrid a buscarme mis castañas sin mas apoyo que mi coraje, determinación y energía. Bueno y algunos ahorrillos ¡claro!

Y aquí estoy viviendo otra aventura que hoy parece que no va a tener el final, por ahora, que yo deseaba. Parece que las cosas van a ser algo diferentes a lo ideado por mi. No por ello han de ser mejor o peor, solo diferentes. Pero esta aventura está aún escribiéndose y la heroína protagonista tiene mucha fuerza y mucho que decir en todo esto.

Seguiré informando…

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