lunes, 6 de marzo de 2006

¿Necesito o deseo?

¿Eres de l@s que te pasas la vida pensando en que necesitas esto o aquello para ser feliz? ¿Es normal en ti decir; “necesito esto”?

Hoy mi propuesta es replantearnos que cosas son realmente las necesarias para vivir. Cuando vemos películas como “La vida es bella” o leemos libros como “Un hombre en busca de sentido” nos damos cuenta de que nuestras necesidades reales son muchas menos de las que nos creemos, que nuestra capacidad de adaptación a las circunstancias es increíblemente grande. Que el poder de nuestra mente es tan maravilloso que puede hacernos vivir con lo mínimo. En estos dos ejemplos las condiciones son extremas ya que se desarrollan en campos de concentración Nazis. He puesto estos ejemplos pues a veces llevar las cosas a un extremo nos permite tomar conciencia mas fácilmente de la realidad. Vámonos ahora al caso contrario, al de Cristina Onasis, ella tenía la mayoría de sus deseos satisfechos en el momento y lo que su mente decidió, al contrario de los casos anteriores; morir.

¿Por qué quien lo tiene casi todo decide morir y quien no tiene nada decide vivir? ¿Por qué vemos a los niños de países del tercer mundo siempre con sonrisas en los labios y los de nuestra sociedad enfadados porque no se les ha comprado algo?

Pienso que la respuesta a todo esto es que cuanto más tenemos más necesitamos, que va en el ser humano querer más y más, tal vez el espíritu del “tío Jilito” vaya en cada un@ de nosotr@s.

Tal vez sea hora de replantearnos las cosas, hora de decidir que cosas necesitamos y cuales deseamos. Pues si pensamos en las cosas como necesidad y no las obtenemos nos sentiremos defraudad@s , pero si pensamos en ellas como deseos entonces ya no hacemos depender nuestra felicidad de su cumplimiento, si no que le damos el mensaje a nuestra mente de que con lo que tengo es suficiente para ser feliz. Sabemos que nos sentiremos bien tanto si nos llega como si no.

A partir de ahora te propongo estar muy alerta a cuando pienses o digas que necesitas para cambiarlo por desear.

Yo deseo que pases una semana en armonía a tus deseos.

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