
Las personas al arreglarnos tenemos una intención positiva maravillosa, deseamos gustar a los demás y a nosotro/as mismo/as. Si no tuviésemos esa necesidad de amar y ser amados/as ¿gastaríamos tanta energía, tiempo y dinero en arreglarnos? Tal vez cuando las mujeres nos ponemos unos tacones con los cuales los cuesta andar y los hombres una corbata que le aprisiona la garganta, estamos gritando; “acéptame, quiéreme…” Este grito representa para mi el deseo inconsciente, o consciente según el caso, del regreso a
No hay comentarios:
Publicar un comentario