martes, 7 de noviembre de 2006

Hoy hace un año

Hoy hace un año que viví una de las noches más maravillosas y más holográmica de mi vida. A pesar de los 365 días transcurridos el recuerdo y las sensaciones son de una nitidez clara e intensa.
Hace un año estaba a punto de cometer un gran error, estaba decidida a volver con mi exnovio con un grado de compromiso muy alto. Ya lo había decidido, recuerdo que en un momento dado de aquel día miré al cielo y pedí que no me dejara equivocarme con esta decisión tan importante. Pues bien, lo que pasó fue lo siguiente; yo había quedado con un señor, que apenas conocía, para hablar de temas profesionales. Fui a su despacho a las 8:30 de la tarde, tal y como habíamos quedado. Lo que me encontré nunca podría haberlo imaginado, un hombre sensible, interesado en temas de superación personal, humano, atractivo, de mi edad, empresario… Era el hombre perfecto para mi ¡Dios mío!-me dije para mis adentros- ¡si mi hombre ideal si que existe! Lo que pasó luego ya lo conté en una entrada a este blog el 29 de Julio.
Reconozco que me eclipsó todo lo que rodeaba a este hombre y recuerdo también que al día siguiente llamé a mis amigas para contarles que había encontrado a mi hombre ideal y que estaba enamorada.
La pega de todo esto es que él está casado. En su día hubieron promesas y buenas intenciones lo que no hubieron, en ningún momento, fueron hechos. Por todo esto yo llamo a este señor y a esta mini, aunque intensa relación, mi holograma.
Hoy lo recuerdo porque fue una noche de un 7 de noviembre y con la perspectiva que da el tiempo creo que todo lo que viví fue muy real, pienso que sus sentimientos de aquella noche también lo fueron. Aunque tanto como si fuero sinceros como si no, no importa. Lo realmente importante es lo que yo sentí y viví y esa noche irá siempre conmigo y nunca la olvidaré, esa noche experimenté la sensación de encontrar a tu media naranja y ser correspondida…aunque fuese solo en la eternidad de unas horas.
Hoy después de un año de aquella holográmica noche le deseo a mi príncipe holográmico toda la felicidad del mundo y que le cuiden con tanto amor y respeto como me hubiera gustado hacerlo a mi. Y le doy las gracias por darme la oportunidad de haber vivido la experiencia.
Supongo que lo importante en la vida no es la continuidad sino la intensidad.

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