viernes, 20 de enero de 2006

El tráfico y la paciencia


Tal vez hoy en día la forma que tenemos de aprender la paciencia es a través del tráfico, mejor dicho, a través de ls atascos de tráfico. Hoy empiezo mi jornada laboral una hora mas tarde porque el autobús de mi hijo se ha retrasado exactamente eso ¡una hora de reloj! Cuando llegue al colegio ya será la hora del recreo. No creo que a él le preocupe demasiado.
En esa hora he "cultivado" mi paciencia, no me he permitido pensar en lo que tenía que hacer, en las llamadas pendientes, en los e-mails sin contestar o en esta entrada. Me he concentrado en hablar con mi hijo de siete años. En lugar de sufrir la hora de espera la he disfrutado. Mi hijo me ha contado como se le declaró ayer a su novia y que quería que la profesora les sentasen juntos.
Vivimos en un mundo de prisas, lo queremos todo para YA! y esto, tal vez, nos provoca que hayan cosas que nos disfrutemos, pues no nos llegan por no darles el tiempo necesario para formarse.
Volvamos a conectarnos con la paciencia, volvamos a valorar las cosas que necesitan su tiempo para crearse debidamente. Disfrutemos de la vida, no como una carrera, sino como un paseo por ella.
Y esto lo digo yo que soy la persona mas impaciente del mundo, tal vez por eso lo digo para irme convenciendo a mi misma, para "regalarme" esos tiempos de paz y tranquilidad que tanto necesito.

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