miércoles, 25 de julio de 2007

La mirada humana y la mirada del Ser

Como siempre digo, el universo nos habla a través de metáforas. Anoche caí en la cuenta de una que es preciosa.
Si miro hacia el frente o hacia abajo mi ojos encuentran aquello que nos separa a los seres humanos; las diferencias. Encuentro limitación y mortalidad… Encuentro la tierra dividida por fronteras, vallas, delimitaciones, señales de prohibido entrar… Encuentro las diferencias materiales entre unos y otros como las casas, los coches, las posesiones, la vestimenta… Encuentro las diferencias exteriores a la persona como la raza, el color de la tez, de los ojos, la altura, la belleza externa… Y encuentro las diferencias interiores como la nacionalidad, el idioma, la cultura, la religión, la evolución espiritual…
Todo esto encuentro cuando mi mirada la proyecto al frente, cuando veo con los ojos “humanos”, cuando no percibo más que aquello que se ve a simple vista. Por supuesto que con esta “mirada humana” también percibo las similitudes, aquellos que son iguales a mi, en raza, cultura, educación, situación… y me identifico con ellos pues me sirven de espejo de mi misma con lo cual puedo reafirmarme.
Como todo en esta vida es Ying y Yang el universo a puesto a mi disposición otro tipo de mirada, “la mirada del Ser”. Para realizarla solo he de alzar mi vista hacia el cielo, hacia la infinitud del universo. Allí encuentro un espacio ilimitado y eterno… Encuentro ausencia total de fronteras, de barreras… Encuentro belleza, luz… Encuentro lo expansivo… Encuentro lo que nos une a unos seres humanos de otros, el sol, la luna, las estrellas, las nubes, el cielo… Las personas del todo el mundo cuando miramos al cielo vemos el mismo sol, la misma luna… el mismo universo… Y a lo largo de la historia de la humanidad los hombres y mujeres nos hemos preguntado por la eternidad, por Dios, por el sentido de la vida cuando hemos alzado nuestra mirada, cuando hemos visto a través de la “mirada del Ser”
Desde este punto de vista los humanos podemos mirar desde lo humano o desde el Ser, una mirada separa, la otra nos une.
Y, una vez más es curiosa la metáfora, a la tierra la luz le llega desde el cielo, desde lo infinito. El universo nos dice con esto que solo podremos comprender lo humano, solo podremos aportarle luz, cuando dejemos que el Ser nos ilumine. La tierra estaría muerta sin la luz del sol, así como un cuerpo humano no tiene vida sin su Ser.
Hoy te invito a mirar hacia arriba, hacia el infinito, hacia la luz, hacia el potencial ilimitado que llevas dentro. Y a permitir que toda luz de tu Ser te ilumine en tu eterno ahora.
Tal vez de esta reflexión venga el termino “estar iluminado”, de permitir al Ser expandirse totalmente y sin barreras por la parte humana del cuerpo. Así como el sol penetra en la tierra.

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