sábado, 6 de enero de 2007

Dar las gracias nos enfoca en el lado positivo de la vida

Anoche al acostarme, empecé a sentir un punzamiento de dolor en mi corazón, en mi pecho. Sentía como una tristeza que deseaba salir, me centré en ella y descubrí que era por las ganas que sentía de abrazar y ser abrazada, de mimar y ser mimada. Era totalmente consciente de lo que me estaba pasando y en ese momento pensé que de mí dependía el dejarme arrastrar por el o cambiarlo. ¿Cambiarlo? ¿Cómo? Si el deseo de abrazar y ser abrazada no lo podía hacer realidad. Bueno- pensé- Ese es el deseo que está basado en una circunstancia que ahora no soy capaz de cambiar. Tal vez-seguí pensando- lo que si puedo variar es la forma de vivenciarlo. De repente- como surgida de la nada- me llegó unas ganas intensas de dar las gracias por aquello que si que tenía, por aquellas circunstancias en mi vida que me son favorables. Y eso hice, di gracias por tanto y tanto que tengo en mi vida. A medida que daba las gracias, mi dolor desaparecía para dejar un sentimiento de paz y de gratitud. Lo que hice anoche fue transmutar mis pensamientos negativos o fijados en las carencias a positivos, centrados en lo positivo. En lugar de pensar de lo que adolezco pensé en todo lo que tengo. Es increíble como dar las gracias puede cambiar nuestro estado de animo pues nos hace tomar conciencia de una forma maravillosa de lo bueno, de lo positivo. Cada un@ de nosotros decidimos en cada momento en que lugar de nuestro pensamiento nos ponemos. ¡Yo decido estar en el positivo! Y ahora sé que cuando me vaya al lado contrario puedo dar las gracias para volver al que por naturaleza me corresponde, a la alegría y al disfrute de la vida, sean o no las circunstancias externas las que yo deseo.

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