lunes, 3 de julio de 2006

Un año dedicada al SER

¡Me parece mentira que estemos ya en julio! Mi año aventurero casi ha terminado, solo queda 28 días para que llegue a si fin; después podrá venir otro año de aventuras o uno de zona de comodidad, es decir otro año vivido en Madrid o uno en Albacete. Ya veremos que pasa … 28 días dan para mucho y más contando con las personas que yo tengo a mi alrededor que me apoyan en mi proyecto y que hacen lo increíble por apoyarme “muchas gracias a tod@s”. Anoche cuando me estaba durmiendo pensaba en este año y me preguntaba si había sido valiente u osada, atrevida o cabezona, aventurera o irresponsable. Porque a tenor de los resultados económicos la respuesta podría ser negativa, pero por los resultados como persona sería muy positiva. Después me dije que me estaba equivocando en el planteamiento, que como dice Deepack Chopra, los problemas empiezan cuando queremos valorar las cosas como buenas o malas, positivas o negativas. Y es cierto ¿Porqué he de hacer esta valoración? Las cosas son y ya está, sin ponerles apellidos que las enjuicien. ¿Qué se yo cómo va a afectar este año a mi vida? El futuro lo dirá (voy a buscar un cuento que me encanta que va sobre esta idea y prometo transcribirlo aquí). Mis hechos son que me vine a Madrid con un saco a mis espaldas cargado de sueños, ilusiones, deseos, proyectos y que mil veces este saco se rompió a lo largo del año, pero ¡oh magia! cada noche que me acosté con este saco lleno de agujeros por la mañana estaban maravillosamente zurcidos, es más, a veces hasta tenía una tela más fuerte, y a la vez suave, que el día anterior. ¡Cuántos sacos habré estrenado cada mañana! Unos con olor a esperanza, con olor a fuerzas renovadas, los habían de colores fuertes y de colores luminosos. Las telas unas veces eran terciopelo, raso e incluso seda, estos debo admitir que eran tan suaves que se me escapaban de las manos. Fuesen como fuesen, siempre estaba a rebosar de herramientas que podía utilizar para seguir adelante con fuerza y coraje. Eso es lo que realmente he ganado este año, el saber seguir adelante, el no rendirme. Yo vine enfocada en HACER para TENER y este año me ha dicho; ¡No! Lo que has de hacer es SER primero, y por más que me he empeñado en TENER, lo que he conseguido es SER. Hoy puedo decir que soy mucho más YO que nunca y que me he encontrado. Ha sido como atravesar un desierto en el que nada del TENER salía, solo habían experiencias que beneficiaban al SER. Este año ha sido para mi algo así como la historia del Alquimista de Paulo Coelho, que viajó lejos de su hogar para al final que el secreto, el tesoro lo llevaba dentro de él. Tal vez aquello de que nadie es profeta en su tierra se refiere a esto, no tanto al reconocimiento de los demás sino a al encuentro de la propia valía de cada un@. Para conocerse, para saber nuestras verdaderas pontecialidades es necesario salir de nuestra zona cómoda. De esta manera nos enfrentamos a nuevos retos, nuevas situaciones, que nos hacen plantearnos muchas cuestiones que, tal vez, en nuestra rutina diaria damos por sentado. Es aquí donde empieza la verdadera transformación; cuando nos cuestionamos nuestras bases. Esto produce un verdadero encuentro con nuestro YO, pues se establece un maravilloso diálogo. Tal vez para ser profeta en la propia tierra pase por romper con todo el entorno, no desde el exterior, sino desde el interior. Pero para hacer esto hay que tener una fortaleza personal muy fuerte que se da en pocos casos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario