viernes, 21 de abril de 2006

Llueve afuera pero no en mi corazón

Está lloviendo en Madrid, desde mi ventana veo la lluvia caer, el paisaje se ha tornado gris de repente, parece haber vuelto el invierno.

Esto no va a afectar a mi estado de animo porque como me siento es algo interno en mi, no externo. Porque mi felicidad depende de mi ser no de lo que pasa a mi alrededor. Porque yo soy quien decido como vivenciar esta lluvia; como algo negativo que me cambian los planes de esta tarde o como algo más que pasa en el exterior.

Había prometido a mi hijo llevarlo al parque y no podré, bueno ahora solo hay un cambio de planes, hay muchas posibilidades para pasar la tarde. Estas posibilidades no son a priori mejores o peores que la que tenía, solo diferentes.

Mi estado de ánimo es tranquilo, relajado, feliz y así seguirá tanto si llueve como si hace sol. Porque como nos sentimos en cada momento es algo que depende de nostr@s y cuando lo hacemos depender del entorno nos volvemos tan vulnerables como las hojas que arrastra el viento, así cada viento que sople nos arrastrará con el.

El tiempo es una metáfora de todo lo que es externo a nosotr@s, si dependemos de las circunstancias externas para ser felices, entonces pocas veces en la vida lo seremos, pues desgraciadamente en pocas ocasiones de nuestra vida tenemos todo lo que deseamos. Siempre hay algo que anhelamos, siempre hay alguien o algo que nos molesta o no nos gusta.

A lo que hemos de tender es a conseguir sentirnos plenos por nosotr@s mism@s, mas allá de las circunstancias de cada momento. Y para sentir esta plenitud el primer paso y el mas fundamental es aceptar las circunstancias tal y como son. Una vez reconocidas podremos dividir las circunstancias que no nos aportan felicidad en dos tipos:

1.- Las que podamos cambiar; con estas diseñaremos planes para que se tornen favorables.

2.- Las que no podemos cambiar, o creamos que no está en nuestra mano, estas son las que más hemos de aceptar como son, intentar ver la parte positiva y decidir que si en este momento no podemos hacer nada para que sea de otra forma, siempre y digo SIEMPRE podemos elegir como vivirla, como sentirnos con respecto a ella.

Al fin y al cabo, la vida no es como es, es como la vemos, la vivenciamos, la percibimos cada un@. En nuestra mano está hacerla favorable.

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