
Al
principio de mi proceso de empoderamiento habían días que sentía que
nunca conseguiría creer en mí misma, esos días me centraba sólo en
cambiar una cosa, solo una, me olvidaba del bosque y miraba solo al
árbol que tenía más cerca. Me centraba en superar cada pensamiento
negativo hacia mí misma, cada emoción que me estancara... me centraba en
hacer lo que tenía que hacer sin pensar en las circunstancias que me
rodeaban.
Poco
a poco fui creyendo más y más en mí misma, por esto siempre digo que el
empoderamiento es un proceso que nunca acaba. Ahora que ya he superado
muchas cosas, me pongo retos mayores y estos retos requieren salir una y
otra vez de mi zona cómoda, y una vez más ganar la suficiente confianza
en mi para afrontarlos.
En
esto consiste una vida de superación en ir queriendo retos cada vez más
grandes y, al mismo tiempo, realizar el proceso de empoderamiento
personal para afrontarlos.
La
buena noticia es que todas las personas hemos ya superado muchos retos
en nuestras vidas y, aunque en ocasiones, sintamos que no vamos a poder
más, al final siempre podemos. Lo mejor de todo es que esto nos
refuerza.
Al
fin y al cabo tod@s somos héroes y heroínas y tod@s tenemos un
potencial inmenso latente dentro de nosotr@s que está esperando la señal
para salir, esta señal es el empoderamiento.
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