Solo hay un camino; amarse a un@ mism@

Llevo mucho tiempo sin escribir en mi blog, aunque si que he escrito, y mucho, en mis diversas libretas. Si tu me sigues ya sabrás que mi objetivo es sentir verdadero amor y vivir en base a el.
Estas últimas semanas mi aprendizaje está siendo muy fuerte con respecto a esto… en mi mesa se amontonan los papeles con ideas que he ido escribiendo mientras conducía, en la cola de la panadería, en medio de una conversación con unas amigas… Todas estas ideas están esperando a ser puestas con un poco de orden para poderlas transmitir a ti que me lees. Es esta una forma maravillosa de estructurar más claramente las ideas que voy teniendo.
A día de hoy me siento feliz, en paz y en armonía. Hoy se que el verdadero amor empieza por el amor a mi misma, que no puedo amar a los demás sin amarme a mi misma. Y sé que lo realmente importante es respetarme y tomar mis decisiones fundamentándolas en el amor hacia mi. Externamente puedo tener las riquezas más grandes del mundo que si no me amo y respeto nunca seré feliz. Como ejemplo de esto están Cristina Onasis y a Marilyn Monrroe. Por el contrario, si me amo y me respeto, no importa lo que pase a mi alrededor siempre estaré feliz, pues siempre estoy conmigo. Es como llevar a tu mejor amig@ o a tu amor, a tu lado todo el tiempo;
Vaya donde vaya,
Vista como vista,
Este con quien esté,
Pase lo que pase,
Siempre estaré bien,
Pues siempre estaré conmigo,
Cuidándome, mimándome…amándome.
Este amor me produce una paz inexplicable, una sensación que seguro que es muy parecida a lo que se siente al estar en el paraíso. Además de la sensación de paz, esto me da libertad y me da la fuerza suficiente para desapegarme de aquel, aquella o aquello que me quiera “encerrar” en una jaula de “oro aparente”.
Dentro de mi, y de ti y de todas la personas del planeta, está la fuerza necesaria para llegar a donde queramos ir, de hacer lo que deseemos. Hay veces, las menos, que llegamos a ser conscientes de ella a través del autoconocimiento, del amor a uno/a mismo/a. Otras veces está fuerza la descubrimos a través del amor proyectado en otra persona. ¿Te suena aquello de; “contigo iría al fin del mundo” o “por ti soy capaz de hacer lo imposible”? ¿Cómo vamos a sacar una fuerza de dentro si no la teníamos ya previamente?
Lo que hace el amor a otros es ayudarnos a darnos cuenta de nuestra fuerza interior. Lo que diferencia unos casos y otros es la creencia del origen de la fuerza; si pienso que la fuerza procede del ser amado siempre de penderé de él o ella para ser feliz, con lo que seré su esclav@. Si por el contrario se que esa fuerza es mía y solo mía, seré un ser libre y plenamente feliz.
Así la próxima vez que oigas o digas “por ti soy capaz de todo” recuerda que lo realmente significa es; “yo soy capaz de todo y mi amor por ti lo que hace es recordármelo”
Solo hay un camino; amarse a uno/a mismo/a, proyectar ese amor a los demás y en todas nuestras acciones.