jueves, 28 de junio de 2007

Llamadores de ángeles

Si te fijas verás a muchas mujeres con llamadores de ángeles colgados en su cuello. So ni sabes como son te yo te lo explico, son unas bolitas redondas de plata que en su interior tiene a su vez otras bolitas. Así cuando los mueves se produce un bonito sonido. Me preguntaba si estas personas lo llevan por moda o por que entienden lo que son. Así esta tarde me he marchado a una platería donde yo compro los llamadores que regalo y le he preguntado a la dependienta. Me ha contado que últimamente vende muchos llamadores al día y que incluso, esta mañana había vendido unos pendientes a una chica y que esta ha vuelto después de comer y le ha dicho; “¿me podría cambiar los pendientes por un llamador de ángeles? lo necesito mucho más.” Entre las personas que llevamos el llamador de ángeles hay diferentes tipos, yo destacaría dos principalmente; Aquellas personas que lo llevan sin conciencia, es decir, que lo llevan de una forma autómata, sin pararse a pensar que es lo que realmente significa para ellas. Lo toman como algo ajeno a ellas y que puede obrar milagros. Algo así como un amuleto. Seguramente lo tocarán e imploraran a los ángeles su ayuda y protección. Hay otra forma de utilizar este llamador, y es a través de la conciencia. En este grupo, en el que por supuesto me incluyo, estamos las personas que somos conscientes de que este llamador sirve para “recordarnos” que nosotros somos nuestros propios ángeles, que tenemos la capacidad de crear nuestro mundo. Que somos seres divinos y que como tal, somos creadores y responsables de lo que vivimos. Desde este punto de vista desparece el pedir y confiar en el cielo para traspasarlo a cada uno/a de nosotro/as mismo/as. Si no soy tolerante, si no acepto la realidad, si no comino hacia mis sueños ¿Qué más da que tenga o no un llamador? Nunca encontraré la felicidad. A mi me encanta mi llamador, lo llevo casi siempre puesto. En estos momentos lo tengo conmigo, el me recuerda que yo soy la creadora de mi vida y que, ¡por supuesto que hay un Dios que soy yo misma!
Con o sin llamador yo me siento mágica y al sentirme yo así mi vida se convierte en mágica. ¡Esta es la verdadera magia de la vida!

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