En mi primer libro “Descubriendo tu hada interior” hablaba de cómo
los cuentos tradicionales son malos para las niñas y los niños que los
escuchaban, pues les transmiten una realidad machista, dónde las niñas
tienen que ser rescatadas de “sus pobres vidas” por príncipes, y a los niños se les manda el mensaje de que han de ser héroes.
A estas conclusiones parece haber llegado también la fotógrafa israelí Dina Goldstein, la cual ha presentado una colección de fotografías llamada “Princesas caídas” donde retratan a las protagonistas de los cuentos de hadas más allá de “y fueron felices y comieron perdices”.
Según la fotógrafa: -"Mi proyecto "Princesas Caídas" nació de una
profunda rabia personal contra el ’y vivieron felices por siempre’ que
nos dan de comer en la infancia"
Así, Dina retrata una Cenicienta
que se vuelve alcohólica por culpa de la soledad, una Pochahontas
encerrada en casa frente al televisor, una Bella durmiente en un
geriátrico, una Caperucita Roja que se come al lobo por sus problemas
alimenticios, una Sirenita, que acaba en un acuario por ser bella y
diferente, una Jasmín atrapada en una guerra civil, una Bella que no se
conforma con su belleza natural y pasa obsesivamente por el quirófano y
una Blancanieves que al fin comprende que al casarse empieza la “vida
real”, los hijos, las facturas….
Me encanta esta iniciativa y os la
comparto, pues es una forma diferente de invitar a la toma de conciencia
de que los viejos patrones escondidos en los libros infantiles ya no
sirven.
¡Ni las mujeres somos débiles y necesitamos ser
rescatadas, ni los hombres tienen el deber de ser príncipes y héroes
rescatadores!
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