Ayer no me pasó nada malo, ni nada que me hiciese estar triste, no era eso, la sensación fue algo así como la de “añorar lo que no tengo y anhelo”, la diferencia de ahora con tiempos pasados es que en estos momentos puedo poner nombre a lo que me pasa y los puedo vivenciar con una actitud positiva y valiente.
Ayer comí y luego fui a tomar una copa con Javier, el de los ojos bonitos. Hablamos y en él descubrí a un hombre sensible, cariñoso, detallista, caballeroso,… Realmente estuve a gusto con él y el tiempo pasó rápido. Lo que pasó después es darme cuenta
Ayer cuando andaba por las calles de Madrid yo sola pensaba que muchos de los encuentros que se producen entre las personas están motivados para cubrir las necesidades propias. Es decir, que en un porcentaje alto de ocasiones buscamos a los demás para sentirnos mejor nosotros a través de recibir algo de aquella persona.
Esto pasa en las relaciones laborables o comerciales de una forma clara, pues la finalidad de las mismas es la de satisfacer necesidades mutuas y obtener el mayor beneficio de las mismas.
Cuando la cosa se complica es cuando la necesidad impera en las relaciones de amistad, familia y pareja (o sucedáneos). Muchas de estas relaciones se estropean al no sentir, una de las partes o las dos, que se están satisfaciendo las perspectivas que se pusieron en las mismas.
Si lo pensamos y analizamos podremos ir descubriendo cual es la necesidad que deseamos cubrir con cada una de las relaciones que tenemos en nuestra vida.
¡Hasta los hijos nos cubren necesidades!
Las relaciones más auténticas, las más verdaderas son aquellas que no nos cubren ninguna necesidad y aún así las seguimos considerando igual de importante. ¿Cuantas de estas relaciones tienes en tu vida?
Con esto no quiero decir que las relaciones que nos cubren necesidades no sean buenas o auténticas, solo digo que cuando nos apegamos a la necesidad de cubren entonces son relaciones basadas en el egoísmo.
Una relación puede cubrir una necesidad y no estar basada en el apego, sino en el amor a esa persona. Si hay consciencia de esto sin apego entonces es una relación sana y verdadera, pues los humanos tenemos necesidades que solo el contacto con l@s dem@s pueden satisfacer, como la comunicación o el contacto físico.
¿Cuánto apego hay en tus relaciones? ¿Qué necesidades cubren? ¿Qué necesidades crees que “deberían cubrir” y no lo hacen? Cuándo esto ocurre, ¿cómo te sientes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario