domingo, 31 de diciembre de 2006

¡Feliz y mágico 2007!

Llevo 10 días sin escribir, lo que me parece una eternidad. Echaba de menos el sentarme y compartir contigo a través de esta ventana mis pensamientos, anhelos, temores… en fin todo aquello de lo que me compongo y lo que me hace ser un ser humano.
Estos días los he pasado en casa de mi padres y no me he sentido inspirada a escribir. Supongo que el motivo es que yo necesito paz y una gran introspección pues deseo que lo que escriba me salga del corazón. Para mi es lo único que vale.
Hoy es el último día del año, se termina el 2006. Estos días invitan a reflexionar sobre nuestra vida. Yo hoy buscaré un ratito para mi sola y me preguntaré ¿a qué he dedicado estos 365 días? ¿cuál ha sido mi principal motivación? ¿de que me siento especialmente orgullosa? ¿qué podría haber hecho mejor? ¿qué me dejo pendiente para el 2007? Me haré estas preguntas para analizar el año que termina con la intención de aprender de lo no positivo y de premiarme por lo que si es positivo.
Después me haré la siguiente pregunta; si hoy fuese 31 de diciembre de 2007 ¿qué me gustaría haber conseguido? ¿cuáles son los sueños que deseo ver hechos realidad? ¿cómo quisiera haberlo vivido? ¿cuál sería la motivación que querría que me hubiese movido a la acción? ¿cómo me gustaría haberme comportado? Luego contestaré estas preguntas por escrito y esto me servirá de guía para los próximos 365 años. Te animo a hacer lo mismo. Yo hoy leeré lo que escribí el año pasado y veré lo que se me ha cumplido y lo que no y las cosas que el año pasado eran importantes para mi y como han evolucionado.
Tal vez el año que acaba no hayas hecho las cosas que deseas o no te hayas comportado como te hubiese gustado. ¡No pasa nada! ¡Aprende y olvida! El pasado ya se fue y hoy la vida te da la oportunidad de empezar de nuevo, está en las manos de cada un@ de nosotr@s el hacer de nuestras propias vidas y la de los que nos rodean mejor.
¿No es mal propósito verdad? El contribuir a crear una vida mejor para tod@s.
Te deseo para el próximo años que seas tu mism@, que sepas donde quieres llegar y que nunca dejes de soñar con un mundo mejor. Te deseo que nunca pierdas la ilusión de fabricarte día a día la vida que tu deseas. Y sobretodo te deseo que todo lo que hagas lo hagas desde el amor, nunca desde el rencor o el odio.
Te deseo que obtengas toda la felicidad que deseo para mi misma y los míos y que cuando te llegue la sepas apreciar, disfrutar y compartir.
¡En suma te deseo un 2007 lleno de Amor y de magia!

domingo, 24 de diciembre de 2006

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Somos un@s privilegiad@s

A raiz de la entrada de ayer deseo compartir contigo algo que Raquel Torrent nos leyó, a mis compañeros de clase y a mi, el pasado domingo y que nos puede dar una idea de lo afortunad@s que somos con respecto al resto de la humanidad.
Si pudiéramos reducir la población de la Tierra a una pequeña aldea de exactamente 100 habitantes, manteniendo las proporciones existentes en la actualidad, sería algo parecido a eto: Habría 57 asiáticos, 21 europeos, 14 personas de América (tanto del norte como del sur) y 8 africanos. 52 serían mujeres y 48 hombres. 70 no serían blancos y 30 serían blancos. 70 no cristianos y 30 cristianos. 89 hetereoxesuales y 11 homosexuales. 6 personas poseerían el 59% de la riqueza de toda la aldea y los 6 (si 6 de 6) serían norteamericanos. De las 100 personas, 80 vivirían en condiciones infrahumanas. 70 serían incapaces de leer. 50 sufrirían de malnutrición. 1 persona estaría a punto de morir. 1 bebé estaría a punto de nacer. Solo 1 (si, solo 1) tendría educación universitaria. En esta aldea habría 1 persona con ordenador. Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan comprimida es cuando se hace más aparente la necesidad de aceptación, de entendimiento, tolerancia y educación. Otras cuestiones para reflexionar… Si te has levantado esta mañana con más salud que enfermedad, entonces eres más afortunad@ que millones de personas que no sobrevivirán esta semana. Si nunca has experimentado los peligros de la guerra, la soledad de estar encarcelado, la agonía de ser torturado o las punzadas de la inanición, entonces estás por delante de 500 millones de personas. Si puedes acudir a la iglesia sin temor a ser humillado, arrestado, torturado o muerto… entonces eres más afortunad@ que 3.000 millones (3.000.000.000) de personas en el mundo. Si tienes comida en la nevera, ropa en el armario, un techo sobre tu cabeza y un lugar donde dormir, eres más ric@ que el 75% de la población mundial. Si guardas dinero en el banco, en tu cartera y tienes algunas monedas en el cajón… ya estás entre el 8% más rico del mundo. Si tus padres viven y están casados… eres una persona muy rara. Si puedes leer este mensaje eres mucho más afortunad@ que los 2.000.000.000 de personas en este mundo que no saben leer.
Realmente somos l@s privilegiad@s del planeta Tierra.

martes, 19 de diciembre de 2006

Disfruta el aquí y el ahora

Ahora comprendo el significado de que solo se puede ser feliz en el momento presente y la importancia de saber apreciar y valorar la magia del momento presente. A lo largo de una vida son muy pocas veces en las que sientes que tienes todo lo que deseas, momentos en que todo es “ideal” son escasos. Entonces ¿tiene sentido pasarse la vida esperando por estos momentos para ser felices? ¿Realmente podemos vivir todos los años restantes preparando y esperando esos momentos? Por supuesto la respuesta es no. Siempre habrán situaciones y cosas que anhelemos para nuestra vida. Afortunadamente la capacidad de los seres humanos para desear es infinita, esto es totalmente maravilloso y necesario para la evolución. Lo que no es tan recomendable es apegarse a esos deseos y sentir que hasta que no se hagan realidad no nos sentirme@s plen@s. Siente hoy todo lo bello que te da la vida, siente lo afortunad@ que eres. Conéctate a tu Ser, a tu interior y aprecia que en este momento, en el aquí y en el ahora tienes muchas cosas para dar las gracias. Si en este momento estas leyendo este blog es porque muchas de tus necesidades están resueltas. Que eres un/una afortunad@. Di un SI a la felicidad y a la dicha y valora todo lo que tienes, porque el momento presente es perfecto y mágico.

lunes, 18 de diciembre de 2006

En busca de la Unidad... física por el momento

El sábado pasado a eso de las 9 de la noche me encontraba yo en la Puerta del Sol, yo y miles de personas más. ¡Me impresionó muchísimo las riadas de gentes que se veían por todas las calles que desembocan a esta castiza plaza madrileña! Realmente no se podía casa andar. Íbamos unos pegados a los otros, como formando un bloque… “una Unidad”.
Aunque no era una unidad real, la unidad era más bien “ficticia” pues si bien había un acercamiento físico muy importante, se palpaba un alejamiento espiritual igual de grande. Este alejamiento se mezclaba con desconfianza y con la defensa del propio espacio personal.
En la historia de la humanidad nunca los seres humanos se han buscado tanto, nunca han vivido en poblaciones tan grandes y… nunca el alejamiento ha sido tan enorme.
¿Por qué nos apiñamos en ciudades y luego no hablamos ni con el vecino? Hay quien me dirá que por el trabajo, por la libertad que da una ciudad grande, por las oportunidades a todos los niveles… si estas son algunas razones.
Mi opinión al respecto es que las personas necesitamos los unos de los otros y que como cada vez nos alejamos más nos vamos buscando en los centros comerciales y en las calles “artificialmente” iluminadas buscando sentir la sensación de que somos parte de los demás y que ell@s son parte de nosotr@s. De esta forma creamos un “holograma” de lo que nuestro espíritu desea; la unidad con los demás seres humanos, tanto a nivel físico como psíquico, es decir, del alma.
Y al final yo me pregunto ¿no es más triste la soledad estando acompañad@ que la soledad estando sol@? ¿Nos es realmente una pena estar al lado de una persona y sentirse en soledad?
Pues esto me pasó a mi el sábado que veía mucha gente a mi alrededor y sentía la soledad y la desconfianza individual. ¿Esto es el progreso? No puedo imaginar a los primeros pobladores del planeta pasando unos al lado de otros con la indeferencia que lo hacemos hoy en día. Sin ver, sin reconocer el Ser que está a tu lado. ¡Qué tristeza! ¡Y que maravilla que, aunque de una forma inconsciente, nos hayamos empezado a buscar! Cuando lo hagamos con conciencia sabremos reconocer al Ser que pasa a nuestro lado y este será el principio de una nueva forma de relacionarnos.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Un viaje de ida y vuelta

Ayer fue un día muy bonito para mi. En Madrid amaneció un precioso día de sol y frío. Yo desayuné, escribí en mi blog, trabajé un poco, la verdad es que muy poco, me arreglé, cogí el coche y me marché a Segovia. En el trayecto de ida iba pletórica, me esperaba un maravilloso día, iba a ver a un gran amigo y juntos visitaríamos la Iglesia de Vera Cruz, de la que dicen que es una antigua iglesia templaria para después ir a comer el típico cochinillo segoviano. El viaje de ida lo disfruté a tope, me sentía libre y privilegiada. En mi viaje me acompañaban el sol, la música y una maravillosa sensación de que mi momento presente era perfecto. El día transcurrió tal y como lo había imaginado, ¡fue precioso! Ya, por la tarde me tocaba regresar. Y ¡claro! en el viaje de vuelta las condiciones eran bien diferentes; estaba cansada, era de noche, había niebla, casi me quedo sin gasolina, mis hijos estaban ya en casa esperándome y por si esto era poco ¡encontré un gran atasco de entrada a Madrid! En este momento pensé que si por la mañana me encontraba pletórica ahora quería encontrarme igual de bien, pues para mi eso es la espiritualidad. De hecho, yo era la misma persona que por la mañana y si en ese momento había tenido capacidad de sentir plenitud también la tenía ahora. Además el coche, la música, incluso la carretera era la misma que la de por la mañana. Entonces no tenía razón de sentir menos plenitud, en ese momento tenía varias opciones; la de enfadarme por el atasco, por la niebla, por ser tan tarde y no estar en casa o la de Aceptar que ese momento era tan perfecto como el de por la mañana. Puedo decir de corazón que disfruté tanto el viaje de vuelta como el de ida y que me siento bien por ello pues denota un avance en mi. Poco a poco voy entendiendo lo que dicen los grandes maestros de que no hay cosas buenas o malas, que todo es perfecto tal y como es.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

¡Felicidades Manuela!

Hoy es el cumpleaños de mi gran amiga Manuela. Manuela es una mujer fuerte de espíritu y suave de formas. Con ella he aprendido muchas cosas aunque puedo decir que el mayor aprendizaje ha sido el de no juzgar, esta cualidad me llamó mucho la atención en ella. Manuela siempre habla sin juicios, expone los hechos, tal y como ella los percibe y ¡ya está! Sin valorar si es bueno o malo. Esto tal vez se deba a que tiene una gran empatía lo que le hace que se ponga con facilidad en el lugar del otro, y ya desde ese punto preguntarse si no haría ella lo mismo en sus circunstancias. Otra característica de Manuela es su optimismo y sus ganas de vivir, disfruta de cada momento intensamente, se sumerge en las cosas buenas que la vida le ofrece y se deleita con ellas como una niña con los juguetes de los Reyes Magos. Ella es como Escarlata O´Hara, aunque se acueste destrozada por la noche que siempre se levanta con ganas de comerse el mundo y con una fuerza especial que emana de su interior. Además sabe guardar un secreto, nunca dice nada de los demás, no le gustan los cotilleos. Manuela es cálida, terrenal, guapa, sincera, buena amiga, luchadora… es una Mujer. Manuela es mi amiga a la que admiro y a la que deseo que pase, no un buen día, sino un maravilloso año. Manuela vamos cumpliendo años, lo que es una gran ventaja pues cada vez somos más sabias y tenemos más experiencias.
¡Este va a ser un gran año! ¡Muchas cosas buenas te han de llegar!

La verdadera libertad personal es la consciencia

En estos momentos de mi vida estoy dando especial importancia a mantenerme el mayor tiempo posible en la consciencia. Esto es, en cada momento actuar desde mi verdadero yo, sin dejarme llevar por pasiones negativas, hábitos, creencias… En fin sin que guíen mis acciones mi inconsciente. ¡Por supuesto que no lo estoy consiguiendo! O al menos no lo consigo en el 100 por 100 del tiempo, aunque si que cada vez son mas los momentos de vivir consciente, que los que no. Aunque esto no quiere decir que en todos los momentos que estoy consciente esté libre de mis hábitos y/o creencias. Ahora hay momentos en los que sé que me estoy dejando llevar por un hábito y sé que la fuerza de este es mayor que mi fuerza de voluntad. Ahora, al menos, me doy cuenta de lo que me está pasando y me doy cuenta de que me está dominando. Supongo que el “darse cuenta” y tener la intención será un primer paso para superarlo. Voy aponer un ejemplo de esto que sea ilustrativo; yo soy muy gastona, bueno más que gastona lo que me pasa es que no doy valor al dinero. Para mi es igual 30 que 50 Euros, pues el dinero lo percibo como un medio para conseguir cosas, no como un fin en si mismo. ¡Me encanta gastar dinero en mi y en los demás! ¡Me encanta regalar cosas! De hecho, me paso la vida regalando. Pues bien, antes gastaba de una forma, digamos, inconsciente ahora cuando gasto se en cada momento lo que estoy haciendo, soy consciente de que es un hábito y que, en algunas ocasiones me perjudica. Entonces, gracias a mi consciencia en el preciso momento en que lo estoy haciendo puedo decidir seguir adelante o no. En otro momento que es importante la consciencia y que me está ayudando mucho es en la relación con los demás, el saber en cada momento que papel estoy representando y no dejarme llevar por impulsos que me puedan perjudicar o de los que me pueda arrepentir. En otros aspectos de mi vida la consciencia me ha llevado a desterrar viejos hábitos y a mejorar como persona. Esto es un camino, es un proceso que va poco a poco germinando en mi. El cual nunca acabará. Se que esta nueva forma de vivenciar la vida me hará sentirme cada vez mejor y poco a poco me irá haciendo más libre de mi misma, que es la verdadera libertad.

martes, 12 de diciembre de 2006

Los estimulos y la felicidad

¿Por qué cuando no tenemos ni alegrías ni penas no nos sentimos pletóricos? ¿Por qué nuestro estado normal no es el de la plenitud? ¿Por qué han de haber unas circunstancias maravillosas para sentirnos bien? Supongo que la respuesta a estas preguntas las da el aprendizaje por el que hemos pasado de niñ@s. Aprendemos a través de nuestros padres, profesores, amigos, familia, medios de comunicación y sobretodo a través de la experiencia y las emociones que nos produce el vivirla, que al fin y al cabo es lo que realmente ancla el aprendizaje. Esta ansia, este malestar general de la sociedad tiene su origen en un tema educacional. Se nos enseña a estar bien solamente cuando recibimos estímulos positivos. ¿Y el resto del tiempo? ¿Y qué pasa cuándo no hay estímulos? Lo que pasa en estos momentos es que nuestra atención está enfocada a la llegada de los mismos, no a vivir el momento presente que es igual de valido y de maravilloso. Estamos tan enfocados en el hacer, en que nos pasen cosas, en el consumismo, que hemos olvidado el ser y ya simplemente ser no nos vale. Con lo cual buscamos cada vez un mayor número de estímulos que poco a poco tampoco nos sirven. Si no actuamos urgentemente esto se va a agudizar con las nuevas generaciones. Un ejemplo claro de ello son los dibujos animados ¿has notado la diferencia entre los dibujos de hace treinta años a los de ahora? Los dibujos actuales son rápidos con un montón de cambios de zum, con fotogramas tremendamente cortos, con colores brillantes y sonido estridente. ¿Dónde quedó Heidi y sus praderas? Los mayores también somos presas de cada vez más estímulos externos, como las luces de las que hablaba ayer, los anuncios publicitarios, la prensa del corazón, … Todo esto nos está alejando de vivir el momento, de sentirnos plen@s por el solo hecho de vivir, de ser nosotr@s mism@s y de contemplar el milagro de la naturaleza. Si volvemos a nosotr@s mism@s entonces nos sentirm@s plen@s por el único motivo de ser. Si aparte tenemos estímulos externos que nos gusten (como una buena compañía) pues entonces mejor que mejor.

lunes, 11 de diciembre de 2006

¿Hacia que luz vamos?

¡Que perdida está la humanidad! Somos como una niña pequeña que se ha perdido entre los árboles de un bosque y se le ha hecho de noche. La niña se siente desorientada, no sabe qué camino tomar, es consciente de su situación y sigue andando en busca de “algo” que la proteja, que la saque de su situación.
Así veo yo a la humanidad, nos hayamos embullados en la oscuridad, le hemos dado la espalda a lo que realmente somos y ¡tal vez por esto! Hoy en pleno siglo XXI hay más enfermedades mentales que nunca.
Y lo peor de todo es que nos buscamos donde ¡jamás nos vamos a encontrar!
Ahora que ya estamos inmersos en la pre-Navidad me he dado cuenta de que hemos sustituido la luz interior, aquella a la que hemos de acudir para encontrar la dicha, para encontrar lo que realmente somos, por las luces de los centros comerciales.
Los comercios despliegan sus luminosos con más fuerza que nunca en estas fechas y nosotros acudimos a ellas.
No sé si ya en la Biblia nos hablaban de esto al decir que los Reyes Magos fueron precedidos por una estrella. Ahora es igual, lo material, los regalos vienen precedidos por los luminosos, por los escaparates, por la publicidad.
Así buscamos la luz que necesitamos para ser felices fuera de nosotr@s, la buscamos en aquellos lugares donde más brillan unas bombillas puestas para confundirnos. El mensaje podría ser algo así como “Deja de buscar tu propia luz, aquí te ponemos para ti millones de bombillas.” Y el caso es que acudimos al reclamo, o sino ¿Cuánta gente podemos encontrar por las calles más céntricas, las cuales están inmensamente iluminadas, estos días?
¿Qué hacemos tanta gente buscando esa iluminación? ¿Por qué nos atraen tanto?
¡Qué diferencia con oriente! Allí se habla de la luz interior, y lo más que se pone es una vela para representarla.
Tal vez la simbología de los Reyes Magos, su estrella y sus ofrendas se refiera a la luz que tod@s llevamos dentro, que al seguirla, al ir en busca de nuestra propia luz, nos encontremos el más preciado tesoro de todos “nuestra esencia”, nos encontraremos a nosotr@s mism@s y esto nos hará vivir en un estado de continua felicidad.

domingo, 10 de diciembre de 2006

NO quiero encontrar pareja hasta que....

Dios mío ¿quién me ha leído y quién me lee? Después de tanto hablar del Amor, de tanto pensar en él hoy he llegado a una conclusión. Bueno, más que conclusión es deseo; el deseo de no encontrar pareja mientras que este Amor sea para mi una necesidad. Si lo que busco es alguien que me proporcione las carencias que yo tengo, es decir que me cubra necesidades, eso no es Amor. Eso sólo será un intercambio de “cubrir necesidades” mutuas. Yo hoy sé lo que es el Amor, aunque esto no quiere decir que mañana, pasado o dentro de un año cambie, o mejor dicho evolucione, mi idea. Sobretodo hoy sé lo que no es. Hoy mi deseo es el de poder cubrir mis necesidades por mi misma, el de ser una mujer feliz y autorrealizada. El de ser yo misma, quererme, respetarme, saber estar en soledad y estar bien, sacarme las castañas del fuego por mi misma. Y cuando estas cosas y algunas más las haya superado, entonces estaré preparada para Amar a un hombre por lo que el ES, no por lo que REPRESENTA para mi. Entonces y solo entonces podré decir que he encontrado el verdadero Amor. Hasta entonces lo único que he de hacer es seguir en el aprendizaje de mi propia valía y autorrealización.

“Que casualidad” justo cuando he terminado de escribir esta entrada he visto desde mi ventana y sin moverme de mi silla, un gran fuego artificial. Es la primera vez que veo uno desde aquí ¿Casualidad o causalidad?

martes, 5 de diciembre de 2006

Agridulce, Rumi

En mi alucinación pude ver
el jardín de flores de mi Amada.
Entre el vértigo y el aturdimiento,
en mi ebria confusión,
girando y danzando como una rueca,
me vi como el origen de toda existencia.
Estaba allí en el principio,
era el espíritu mismo del amor.
Ahora, sobrio,
tan sólo me queda la resaca,
el recuerdo del amor
y la tristeza.
Anhelo la felicidad,
¡pido ayuda,
necesito misericordia!
Y mi amor me dice
mírame, escúchame
que para eso estoy aquí.
Soy tu alma
y la claridad de su luz.
Soy tu jardín florido
y el agua que lo riega.
He recorrido el camino
pensando en ti,
descalza y sin chal.
Quiero provocar tu risa,
matar todas tus penas,
amarte
y alimentarte.
¡Oh dulce Amargura!
Quiero aliviarte y sanarte.
Voy a traerte rosas,
que también yo estuve cubierta de espinas.
Rumi

lunes, 4 de diciembre de 2006

Sin costas a la vista

Aunque sé lo que deseo para mi vida y lo que no quiero me he rendido al Universo. Esta es una rendición de aceptar, no de tirar la toalla, al revés seguiré andando el camino, que sienta que es el mío, con más ahínco puesto que hoy tengo más fe que nunca. Este fin de semana pasado he estado en Albacete vaciando mi casa para dejársela a mi hermano. Esta casa suponía para mi una red, un colchón en el que caer si mi aventura no salía bien. Ahora he soltado amarras y voy perdiendo de vista poco a poco la costa que yo conocía y me daba seguridad. Ahora solo diviso un horizonte de mar y cielo, ni siquiera puedo ver la costa a la que me dirijo, pues en mi vida no se ha perfilado aún. Y así estoy en alta mar, con el mar y el cielo como compañeros; el mar que es agua, es de lo que estamos hecho los humanos y representa las necesidades de supervivencia y materiales, como tener una casa, alimentos, abrigo, educación, relaciones y sobretodo Amor. El agua, el mar es mi base, es sobre lo que se mantiene mi barco, sin ese mar y lo que representa sería imposible sobrevivir. El cielo representa lo espiritual, lo que está más allá de la personal, lo transpersonal. Y es lo que me hace seguir con fe en mi camino hacia esa nueva costa que pronto he de divisar. En esta travesía me estoy encontrando gaviotas, que son las señales, delfines, que me acompañan y me dan fuerzas, que son las personas que creen en mi proyecto, y alguna ballena, grande y pesada que desea desviarme de mi rumbo. Y así mi viaje continúa intuyendo que hay una costa más allá a la que llegar donde me esperan grandes experiencias, aunque sin la certeza real de que exista. Tal vez así se sentía Colón y su tripulación cuando realizaron su viaje hacia “las Indias”• Puede ser que también yo llegue a un lugar que en estos momentos no puedo imaginar…. ¡ya veremos! De momento estoy en plena aventura y en plena travesía y me siento maravillosamente bien por haber sido capar de adentrarme en ella. Mi fe, mi coraje y mis ganas de hacer de mi vida una vida con sentido serán el faro que me guíe y el espíritu que me aliente. Espero en poco tiempo gritar; ¡tierra a la vista! Y tener, como dice mi amiga Montse, una época de tranquilidad, reposo y disfrute sin tener que remar cada mañana hacia ¡quien sabe donde!

viernes, 1 de diciembre de 2006


El miedo a la libertad
oscurece la gigante
aventura del vivir cuidamos la vida
con tanta avaricia

que la ahogamos.

Huimos de todo,

protegiéndonos
en el acorazado
de las seguridades. Resguardamos la vida en una tumba
para que nadie la mate.


E. J. Maunowski