martes, 26 de septiembre de 2006

¡Esto también pasará!


Cuando se produce una separación todos los miembros de la familia pierden. Supongo que los que mas pierden son los hijos que ven como, de repente su vida se divide, como dejan de estar con su padre o con su madre a diario. Y se tienen que acostumbrar a una nueva casa que, a veces va unida a una nueva pareja de uno de sus padres. Que los hijos se queden con las madres es una gran suerte, sin duda un gran privilegio. Aunque este privilegio contenga un gran sacrificio en si, la de educarlos en soledad, la de “aguantar” el día a día sola, el de llegar a la noche machacada por el trabajo fuera de casa y tener que seguir con los deberes, la cenas, mandarlos a la cama, el que se laven los dientes, y mil cosas. Hay veces, como en este mismo momento, en que crees que no puedes más. Son las 8 y pico de la tarde llevo casi 12 horas en el ordenador y tengo a mi hijo enfrente de mi haciendo los deberes. En una hora ha escrito media página. Mi cuerpo ya no puede más, y tengo que seguir y seguir, luego el baño, la cena, y mandarlo a la cama. Y luego tener que aguantar al padre de la criatura criticando como los educas y como los llevas. Aquí me gustaría verlo a mi todos los días, siempre la misma historia. Tal vez hoy mi entrada no sea muy positiva, tampoco es negativa, es como vivo todas las tardes los deberes de Carlos. Supongo que muchas madres en todo el mundo sentirán en ocasiones que la rutina, que el día a día les supera. A todas ellas y a mi misma quiero decir que en estos momentos mantengamos la calma y que pensemos que es para bien de nuestros hijos y que “esto también pasará”. Animo y mucha, mucha, mucha paciencia.

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