sábado, 15 de julio de 2006

Rompiendo cadenas


Aparentemente hoy somos mucho mas libres que nunca, tenemos derechos que nos protegen de tiranos que nos quieran someter, pero yo no tengo tan claro que seamos tan libres como nos creemos. De alguna forma la humanidad está siendo “amaestrada”, podemos ir y venir, tener posesiones, casarnos, divorciarnos y mil cosas mas. Pero nuestro espíritu ha sufrido, en muchos casos, un encarcelamiento. A través de años de represión por las religiones que nos han dicho lo que es bueno y lo que es malo, que nos ha infundido miedos y sentimientos de inferioridad y de de que solo somos unos seres insignificantes en manos de un Dios que es cruel y que te castiga a la mínima. Hoy no son las religiones lo que nos encarcelan, sino la publicidad y lo “socialmente aceptable”. Somos como el elefante que desde pequeño ha estado atado por una pata a una estaca y no la arranca porque no es consciente de su fuerza y de su poder, hasta que un día una situación poderosa le conecta a su fuerza y la arranca. Esto pasó con los animales de las playas que se vieron afectadas por el Sunami. Los animales sintieron que algún desastre se acercaba y rompieron todas sus cadenas para escapar y salvarse. Lo mismo pasa con las personas, nos han enseñado a temer, a esconder nuestras emociones, a ignorar a nuestro ser interior y a ser “como todos”, ser parte de “la masa”. Esto, según mi opinión, provoca que aunque en la superficie tengamos mas calidad de vida que nunca, no nos falte de nada y vivamos con una sonrisa hacia el exterior, en nuestro interior sintamos una gran frustración. El motivo es que nos hemos descohesionado de nuestro ser. Sonreímos porque es “socialmente aceptable”, escondemos nuestras emociones porque es “socialmente aceptable”, reprimimos nuestro dolor por que mostrarlo no es “socialmente aceptable”. Censuramos nuestras emociones porque así nos lo han enseñado. ¿Cuántas veces nos dijeron de pequeños que hay que ser fuertes, que no hay que llorar? Yo me pregunto ¿Por qué hay que estar siempre felices? ¿Somos robots programados para la felicidad? La publicidad nos hace mucho daño en esto, nos manda constantemente mensajes de que consumiendo ciertos productos te sentirás feliz, y tu mente recibe estos mensajes y los registra y te dice”hay que estar feliz”, así escondemos nuestras verdaderas emociones y con esto tapamos el mensaje que viene a través de ellas; el mensaje de nuestro ser interior alertándonos de que algo necesita de nuestra atención. Demos rienda suelta a nuestras emociones, rompamos las cadenas sicológicas que nos han atado durante siglos, seamos nosotr@s mism@s, con nuestros defectos, alegrías, tristezas incluso con nuestras miserias. Tengamos una actitud positiva hacia la vida, veamos la parte buena pero sin ocultar aquello que nos preocupa o nos entristece. “Ningún hombre es libre si es esclavo de si mismo”, rompamos cadenas y liberémonos de nosotros mismos y permitámonos sentir lo que se sintamos sin cesuras. Yo confieso que este año he sufrido, he llorado, he gritado de desesperación, me he hundido y me he venido arriba, en definitiva he vivido y he sido yo misma, que al fin y al cabo es lo mejor que puedo ser. “La libertad no se alcanza sintiéndose bien, se alcanza siendo fiel a uno mismo”, Deepack Chopra.

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