Al darme cuenta me he venido abajo, realmente he sentido como me desplomaba. Y, una vez más, he sido consciente a la reacción. de la reacción.
¡De repente se me ha encendido una luz! Ser consciente de algo ha de servirnos para superarlo no para venirnos abajo. ¡Me siento una afortunada por poder ver cómo estoy actuando! Ahora sé que mi impaciencia me estaba llevando a agotarme, a trabajar sin descanso. Llevo, más o menos desde el principio de verano sin pasar un fin de semana en casa, he deborado libros (anoche me dormí cerca de la 1:00 de la mañana porque quería terminar uno para empezar otro hoy) y así todo.
Como sabes, mi impaciencia por irme a Madrid es por estar cerca de mis hijos y por irme organizando la vida sin tener que hacer maletas y sin tener que coger el coche.
Ahora me prometo a mi misma darme un poco de respiro y quedarme el fin de semana que viene, no este que ya me tengo que ir, en casa sin hacer nada, bueno.. solo un poco.:-)
Tomar conciencia de como la impaciencia nos empuja y cómo nos activa automatismos de trabajo frenético puede liberarnos de muchas tensiones. Podemos utilizar la energía de la impaciencia para activarnos no para entrar en un victimismo que nos haga entristecernos y empequeñeceremos.
La impaciencia es el peor enemigo de los objetivos de una persona
ResponderEliminarAndrea
Hay que ser Fuertes y no venirse abajo,ni para coger impulso.
ResponderEliminar¡Adelante¡
Merlinesa
-no dejes que la impaciencia nuble tus ojos
ResponderEliminar-no dejes que la desesperanza trabe la razón
-no dejes de ver, entre el sol y la luna, un beso
Daniel
Lo que a veces debemos analizar es si nos damos la caña en la direccón correcta.
ResponderEliminarJmt