Cuando un suceso nos desata una emoción negativa, lo que suele suceder es que la misma emoción nos absorbe nuestra energía y así nos quedamos sin fuerza, sin energía, para resolver el problema en cuestión.Sobretodo son los hechos relacionados con personas a las que queremos los que nos pueden dar o mermar el impulso. Ya he hablado en muchas ocasiones como el enamorarse da una dosis de energía extra o el pasar un bonito día con nuestra familia o e compartir con nuestros amigos.
Y, al contrario también, una pelea puede ser el detonante de nuestra descarga.
Para que esto no nos ocurra la solución está una vez mas, en la toma de conciencia, en darnos cuenta de lo que pasa con nuestra energía y el poder controlar hacia donde la enviamos; hacia la emoción en si o hacia la solución del conflicto.
Como sabes una emoción es energía en acción, siempre la emoción va a producir energía extra y nuestra responsabilidad es utilizarla a nuestro favor.










