Ayer buscando una fotografía en Internet que acompañase a mi entrada sobre el perdón me salían fotos en las que las personas tenían las manos juntas y miraban al cielo. Yo no quería una foto así porque me daba la impresión que eso reflejaba que el perdón ha de venir de fuera de nosotros/as, de algo que nos es ajeno.
si tenemos el pensamiento de que es alguien más quien nos tiene que conceder el perdón entonces nuestra responsabilidad pasa al "otro". Si asumimos que el perdón parte de nuestro corazón entonces si que asumimos nuestro poder.
Si yo causo mal a otra persona, ¡por supuesto que le pediré perdón! pues esta es la forma noble de actuar, a partir de ahí lo que esa persona haga o deje de hacer ya no es mi responsabilidad. Lo ideal sería que me perdonase y olvidáramos el asunto, si no es así ¡es su problema! El mío es perdonarme a mi misma por lo ocurrido, responsabilizarme de mis actos y asumir sus consecuencias.
En cuanto al perdón Divino, no creo en un Dios que castiga si obramos mal y premia si obramos bien, y al que haya que suplicarle perdón y clemencia ¡Dios mío eso sería un tirano más que un Dios! Para mi, una vez más, el perdón de Dios es el perdón de cada uno de nosotros/as a si mismo/a. Para eso nos puso Dios la conciencia, para saber lo que está bien y mal y para vivir de acuerdo a ella. ¿Qué sentido tiene pedir perdón a Dios cuando tenemos la conciencia intranquila y llena de culpa? ¿No será nuestra conciencia la "Delegación de Dios en nosotros/as"?
La conciencia de Dios se haya en cada uno/a de nosotros/as sólo tenemos que pararnos y escucharla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario