domingo, 15 de abril de 2007

La vida son vías

Las vidas de las personas son como las vías que existen en este planeta; unas son naturales, como aquellas en las que todo fluye sin dificultades, como los ríos, las que son ruidosas y alborotadoras, como los vientos, o aquellas que pasan desapercibidas por todos como una suave brisa, o aquellas que dejan destrozado todo por donde pasan como los huracanes. Otras son creadas por el hombre, hay autopistas y autopistas, donde se marcha a tanta velocidad que no se percibe el camino, solo importa el destino, luego están las carreteras nacionales, en las cuales se pasan por pueblos en los que hay que reducir la marcha y cafeterías “con solera” donde apearse y disfrutar de un café. Así podríamos ir nombrando las carreteras más y más pequeñas en las cuales hay que reducir la velocidad e incluso se puede bajar la ventanilla del coche para ir respirando el aire de afuera. Y por último están los caminos, caminos entre montañas, caminos que unen pequeños pueblos o fincas, caminos que solo conocen los foráneos del lugar… Según sea la vida de cada un@ se puede sentir identificad@ con una u otra vía. Para mi una vida que merezca la pena es aquella que transita por cerraderas comarcales y caminos. Vidas en las que se aprecia lo que se está viviendo, en las que bajar la ventana y respirar hondamente, en las que nos apeamos para entrar en un bar de un pueblo perdido para hablar con las gentes de lugar… Porque una de las cosas más importantes de la vida es aquello que nos aportan las personas con las que entramos en contacto, y ¿Cómo vamos a poder comunicarnos en una autopista a 180km/h? ni siquiera somos conscientes de las personas que surgen a nuestro alrededor. Siguiendo esta metáfora de las vidas de las personas como vías se me acorre que las autopistas, carreteras, caminos, ríos.. de las personas se van juntando y separando a medida que la vida avanza. De repente aparece alguien en tu vida y su camino y el tuyo se juntan y van paralelo por un rato y luego esa persona desaparece de tu vida. Su camino deja de estar en conexión con el tuyo. Y si pretendes que lo siga estando entonces has de dejar tu propio camino para transitar el del otr@, lo cual crea frustración. La vida es un camino ¡elige el tuyo y vívelo con total plenitud! Permítete bajar las ventanillas y hacer paradas para tener tiempo para hablar con las gentes que te encuentras en el camino y tiempo para descansar!

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