Este blog está dedicado a todas aquellas mujeres que quieren conquistar su vida soñada. A aquellas mujeres que sienten que dentro de ellas hay un potencial que sacar a la luz, a aquellas que día a día se esfuerzan por superarse y no se conforman con lo que "les ha tocado vivir" sino que eligen la que quieren, y a aquellas que sienten que su vida ha de cambiar. Para ti quiero dar lo mejor de mi.
miércoles, 25 de abril de 2007
El fin de la dualidad
Estos momentos de mi vida los estoy viviendo en permanente dualidad. La dualidad del Ser y la de lo Humano. La dualidad de mi interior y de mi exterior. En mi interior se ha producido un cambio maravilloso y enorme, en mi exterior este cambio todavía no se ha manifestado. Todo este proceso lo estoy viviendo con un don, un regalo pues pienso que es la forma correcta de proceder. Es decir, el verdadero cambio siempre empieza desde el interior y este será poco a poco el motor del cambio exterior. Podría decir que me encuentro en una transición, ahora he de encontrar las formas de que mi vida, mi realidad, mis circunstancias se adecuen a la nueva Elvira. Estos días en el Congreso de la Educación por la Paz había un señor de Nepal que cada mañana se presentaba pues decía que ninguno de nosotros éramos el/la mism@ que ayer. Como dijo Buda; “Cada mañana nacemos, lo que hagamos hoy el lo más importante” Hoy más que nunca se como deseo que sea mi vida, y hoy más que nunca soy consciente de que lo voy a lograr. No importa lo que me tenga que hacer pues el premio a este esfuerzo será el mayor al que una persona puede aspirar; el de vivir en armonía conmigo misma y mi entorno. Estando en armonía es cuando podemos encontrar la paz y el amor que existe en el mundo y que, generalmente al no contar con ella en nuestros corazones, no podemos apreciarla en el exterior, en nuestro día a día. Interior y exterior, Ser y Humano, las dualidades que siendo opuestas son complementarias. Hay está una de nuestras misiones; encontrar el equilibrio entre ambas porque al hacerlo encontraremos la armonía y por ende el Amor y nuestras vidas ya no serán nunca más insignificantes, pasaremos a ser Dioses y Diosas encarnados en hombres y mujeres. Encontrando así nuestra esencia uniendo sin distinción lo humano y lo divino, el Ser.
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