Como la Castellana estaba muy atascada, he tenido la oportunidad de ir viendo las caras de las personas que iban en los coches de al lado al mío, veía sus ojos y su postura corporal y a través de estos yo percibía, alegría, cansancio, preocupación, ira.. y en muchas ocasiones sueños, ilusiones, proyectos de vida. Cuando alguien se fijaba en mi se establecía un contacto visual que duraba poco, muy poco pero que era comunicación de dos personas desconocidas que se reconocían como tal.
En mi camino vi a padres y madres que llevaban a sus hij@s al colegio. Me encantaron los pequeños gestos de amor que vi; el de protegerlos para cruzar, el beso de despedida, la mano sobre el hombro del pequeño, la carita de l@s niñ@s mirando hacia arriba para ver a su madre.
Vi personas conversando entre si, al fijarme un poquito más pude ver como se prestaban atención, como se sonreían y se interesaban de verdad por el otro. Su lenguaje corporal emitía un sincero interés por el otro, por hacer que se sintiera bien.
Hubo gente que desde sus coches me cedieron el paso, que me sonrieron e incluso fueron tolerantes conmigo en una maniobra errónea que hice.
Luego, enana sala de espera en la que estaba leyendo alguien pasó, vio que había poca luz y la encendió para que yo pudiese leer mejor.
Actos y actos de amor por doquier. Si los queremos ver están ahí. Incluso somos participes de ellos.
Si nuestro deseo es ver amor y cosas buenas de la vida, entonces las hallaremos.
Te propongo que te pongas las gafas de detectar el amor y que compruebes todo lo bueno que hay a nuestro alrededor. Incluso el hecho de yo escribir este blog y el de tu leerlo lo es.
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