¡Qué días tan maravillos he pasado! He desconectado de todo y he estado en paz conmigo misma...muy en paz. Mi alma ha conseguido coger a mi cuerpo y en todo lo que he hecho ha participado activamente.
He sentido una inmensa paz, un inmenso amor hacia mi misma, me he querido y comprendido. He escrito, he leído y también he dejado la mente en blanco, sin pensamientos.
Realmente he vivido el cielo en la tierra.
He estado por Asturias y realmente me ha impresionado el paisaje; el verde de la vegetación se une al azul de los mares y los ríos, las altas montañas se alternan con los valles, las vacas conviven con las casas rurales... ¡En fin! una explosión de contrastes. Viendo aquellos fantásticos paisajes me venía a mi cabeza una pregunta; ¿Realmente es concebible que esto no lo hay hecho una inteligencia mayor? No me cabe en la cabeza pensar que tanta armonía y belleza haya sido simplemente producto del azar.
La foto es del mismo sitio que la foto que puse el día que me iba. Aquí comimos un bocadillo, estábamos solos. La paz y la tranquilidad era total. Aún puedo sentir la sensación de paz y bienestar. ¡Espero ser capaz de mantenerla durante mucho tiempo!
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