Tengo la suerte de contar con dos amigos que siempre están felices. Desde que conozco a cada uno de ellos no les he visto tristes o preocupados. Lo que tienen en común estas dos personas es que profundamente en que hay otra vida. Ellos no son religiosos aunque si son epi rituales.
Ambos tienen el convencimiento de que su vida tiene sentido y que están aquí con un fin específico.
Realmente son parecidos y muy diferentes entre si, uno es empresario, el otro se dedica a temas humanitarios. Uno no tiene estudios, el otro tiene una educación impresionante. Uno no ha salido apenas de España, el otro no está en ningún país mas de tres semanas seguidas... Así podría ir enumerando las grandes diferencias entre ambos pues son dos personas completamente diferentes.
en estos momentos que estoy pasándolo muy mal, ambos me dicen lo mismo; que la felicidad no depende de las circunstancias, sino que depende de la fuerza interior, de la conexión con el ser. De saber que dentro ya está todo lo necesario para ser feliz. Yo les digo que la teoría me la se y que ahora lo que me toca es pasar a la práctica.
Deseo aprender a ser feliz sean cuales sean las circunstancias y supongo que en mi actual situación es el mejor aprendizaje que puedo tener.
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