miércoles, 11 de septiembre de 2013

¡Mujer empodérate, abandona la tibieza!

El Apocalipsis 3: 16-17 recoge estas palabras de Jesucristo: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Cuando las escuché por primera vez, hace ya mucho tiempo, me impresionaron por su dureza y reconozco que estuve mucho tiempo sin entenderlas.

Hoy, no sé muy bien la razón, he vuelto a pensar en ella y me doy cuenta de que este concepto tiene mucho que ver con el de la mujer tradicional pues se nos educaba a ser y expresarnos en el mundo de una forma tibia.
Lo que se esperaba de nosotras era no destacar, no sobresalir, que nos mantuviésemos dentro de los "estándares sociales". Aquellas mujeres valientes que se atrevían a mostrar su autenticidad, su esencia femenina, su forma diferente de ser y hacer, era desterrada de la sociedad de un modo u otro. La forma dependía de la época y de su posición social, o se le repudiaba, se le tachaba de ser "una mala mujer" o se le acusaba de brujería y se las mandaba a la hoguera...
Las mujeres DEBÍAMOS encajar dentro del corsé social femenino que era templado, soso y predecible, no debíamos destacar sobre las demás. Si a esto añadimos que la principal finalidad de nuestra vida era casarnos y traer hijos al mundo, entonces podemos entender que entre nosotras surgiese una gran competencia.
En la historia de la humanidad hay muchos ejemplos de mujeres que dejaron de ser tibias para ser ellas mismas, para expresar el fuego que llevaban dentro de sí e ir a la conquista de su vida soñada. Gracias a estas heroínas que abrieron el camino hoy, las mujeres, hemos tomado conciencia de que ya no tenemos que ser tibias, que es el momento de mostrarnos tal y como somos.
Por todo el mundo se habla de empoderamiento femenino, de la revolución de la mujer. Al fin las mujeres estamos saliendo de nuestro mundo tibio para darnos cuenta de que nos gustan los contrastes y de que la aventura de la vida está fuera de lo preestablecido. Hemos avanzado mucho, sin duda, más no debemos engañarnos, queda mucho camino por recorrer.
Así, ser tibias, intentar gustar a "todo el mundo", hacer lo que se espera de nosotras es el mayor autoengaño en el que podemos caer. Pasemos del frío al calor si esto es lo que nos dicta nuestra esencia, quemémonos y sintamos en nuestra piel los vaivenes de la vida.

Mujer empodérate, abandona la tibieza en tu vida y adéntrate plenamente en una vida llena de contrastes, de frío y de calor, deja que la vida te toque tu piel

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