Ya en varias ocasiones me he referido a mi idea de que Dios nos habla a través de metáforas. Y una de ellas, ¡que me encanta! es la del sol. Para mi la luz y el calor del sol es semejante al Amor, pues los rayos llegan a todas partes. No importa lo lejos que estén las personas a las que amenos, si el amor es verdadero, su fuerza llegará allí donde esté.
La luz del sol se cuela por cualquier hueco, por muy diminuto que sea. Igual le pasa al amor; siempre encuentra la forma de proyectarse, de filtrarse para llegar al corazón de las personas.
Luz y sombra no pueden convivir juntas así como tampoco el odio y al amor. Allí donde hay luz, la oscuridad desaparece; allí donde hay amor el odio se desvanece.
El sol es vida.
ResponderEliminarPP