Este blog está dedicado a todas aquellas mujeres que quieren conquistar su vida soñada. A aquellas mujeres que sienten que dentro de ellas hay un potencial que sacar a la luz, a aquellas que día a día se esfuerzan por superarse y no se conforman con lo que "les ha tocado vivir" sino que eligen la que quieren, y a aquellas que sienten que su vida ha de cambiar. Para ti quiero dar lo mejor de mi.
jueves, 22 de marzo de 2007
Los fines, una falacia mental
La vida no tiene fines, solo experiencias que son comienzos. Si deseo para mi vida un trabajo, un amor, un coche, un hijo, etcétera y tomo esto como un fin me estoy equivocando y engañando. El hecho de conseguir aquello que deseamos no deja en una situación estática de felicidad, como parece que la mente tiende a hacernos pensar. Si no que este es solo otro principio y dependerá de nosotr@s que aquello que hemos deseado tan arduamente, nos proporcione la felicidad. Pondré un ejemplo; una amiga mía deseaba tener una pareja con la que compartir su vida, un buen día conoció a un hombre que cumplía muchos de los requisitos que ella deseaba que tuviera su pareja. Empezaron a salir y al cabo de una semana ella empezó a echar de menos su tiempo libre, su vida, se dio cuenta de todas las ventajas que tenía no tener pareja y ser libre. Encontrar una pareja era un fin en sí para mi amiga, al llegarle se dio cuenta de que realmente no era un fin sino un comienzo y que para poder disfrutar de esta relación y vivirla en plenitud primero tendría que aceptar muchas cosas y hacer cambios mentales con respecto a su vida, su tiempo incluso con respecto a su espacio físico. Se dio cuenta de que si la felicidad no habitaba dentro de ella, su flamante nueva pareja no se la podía proporcionar. En el pasado tal vez pensaste que en un futuro, cuando tuvieses las cosas que ahora tienes, serías feliz. Ahora que es el futuro de aquel pasado ¿eres feliz? Y si hoy no lo eres ¿por qué habrías de serlo en el presente del futuro? Los fines en la vida son falacias mentales que nos anclan en el futuro sin dejarnos disfrutar del presente. No existen finales, sino experiencias. La vida es permanente cambio, transformación. Esto implica que no hay un principio ni un final sino un eterno presente.
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