"Todo el mundo es capaz de enfadarse, eso es fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado justo, en el momento adecuado, por la razón justa y de la manera adecuada, eso ya no es tan fácil. "Usemos la risa como nuestra aliada para ir poco a poco rompiendo esas reacciones que nos quitan libertad y que en muchas ocasiones nos crean situaciones no deseadas.
Este blog está dedicado a todas aquellas mujeres que quieren conquistar su vida soñada. A aquellas mujeres que sienten que dentro de ellas hay un potencial que sacar a la luz, a aquellas que día a día se esfuerzan por superarse y no se conforman con lo que "les ha tocado vivir" sino que eligen la que quieren, y a aquellas que sienten que su vida ha de cambiar. Para ti quiero dar lo mejor de mi.
jueves, 22 de febrero de 2007
La risa y las emociones automáticas
Cuando tenemos una forma “automática” de reaccionar ante una determinada situación es por que en nuestro cerebro se ha formado una conexión neuronal. Así cada vez que se dé esa situación el cerebro pondrá en marcha unos mecanismos que inconscientemente nos provocará una emoción a la que seguirá un comportamiento. Todo esto se produce sin que nuestra voluntad actúe, por eso digo que son reacciones automáticas. Como la naturaleza es increíblemente sabia nos ha dado un mecanismo muy fácil para librarnos de estos automatismos; la risa. Si justo en el momento antes de que se produzca la emoción nos reímos habremos roto el ciclo de las conexiones cerebrales en esa situación. Si continuamos con esta práctica y nos anticipamos a nuestros automatismos con la risa, iremos rompiendo poco a poco y de manera definitiva las conexiones. Esto nos hará más libres pues nuestras reacciones de enfado, ira, miedo, vergüenza… nos van poco a poco restando libertad, pues todo acto en lo que nuestra voluntad no interviene es un acto que nos esclaviza. Te invito aprobarlo la próxima vez que sientas que un automatismo tuyo va a entrar en funcionamiento, como el enfado, permítete reírte, ríete con ganas, fuertemente y luego decide si realmente te quieres enfadar y sino merece la pena. Aristóteles dijo; “
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