lunes, 15 de mayo de 2006

Gracias a ti, M.


La vida es maravillosa cuando nos dejamos querer y mimar, cuando recibimos los regalos que nos envía sin poner obstáculos ni trabas.

Hoy creo en la vida, creo en el ser humano y creo que hay muchas personas en el mundo que son generosas, que dan sin pedir nada cambio. Yo en estos momentos tengo la gran suerte de tener una persona de este tipo cerca de mi, caminando a mi lado. Esta persona no es nada más, y nada menos, que un amigo, no hay otro tipo de relación. El está poniendo toda la carne en el asador para que yo pueda cumplir un sueño; el de quedarme a vivir en Madrid. Su dedicación a mi es altruista, me ayuda por el puro placer de ayudar.

Creo que en el mundo hay muchas personas a las que merece la pena conocer, y cuando las conoces llegas a quererlas por su gran fondo.

A veces pienso que si viniese un ser de otro planeta y se hiciese una idea de cómo son las personas que habitan en la tierra, a través de los telediarios o los periódicos pensaría que el amor a desaparecido en este planeta, que aquí habitamos seres egoístas, ladrones, asesinos… y deportistas. Pues eso es de, casi lo único, que se habla. Una vez le pregunté a un amigo mío que es un gran personaje dentro de la televisión en España que porqué no se contaban más sucesos de generosidad, de altruismo, acciones maravillosas que pasan todos los días. Me contestó que eso no vende, que no crea audiencia. Parece ser que lo bueno no vende.

Yo prefiero quedarme con esa parte del mundo en que el amor a los demás es el rey, en el que sabes que puedes contar con un amigo, solo por ser tu amigo, ese mundo donde los buenos sentimientos son los abanderados de las acciones.

Hoy desde aquí te doy las gracias a ti M., por tu eterna generosidad hacia mi. Mi hacer de mis deseos un objetivo propio, por comprenderme, por apoyarme en los momentos difíciles y por compartir momentos que estarán siempre en mi corazón.

Si dejamos que los demás muestren lo mejor que tienen dentro de si mismos seguro que nos sorprenderemos. En el interior de cada uno de nosotros hay mucho más bueno que malo, solo hay que conectarse con lo mejor y dejarlo salir, eso es todo.

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